Metro de Santo Domingo y sus andanzas

Si la gente de nuestros barrios tomara en cuenta el esfuerzo que representa para un gobierno la erogación de fondos púlicos para la ejecución de una obra de tanta relevancia para el sistema de transporte de un país sin grandes recursos económicos como es República Dominicana, estaríamos en mejor disposición para defender la llegada de uno de los sistemas más modernos que existe en toda el área del Caribe, sin banderías políticas.

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Sin temor a equívocos, de los trenes en que he tranportado en Estados Unidos (New York, New Jersey, y Washinghton DC) y en Taiwán, solo el tren bala de Taipei se compara con el Metro de Santo Domingo, que pronto iniciará su segunda línea desde Los Alcarrizos hasta San Luis, atravesando la ciudad. Antes de que eso empiece, queremos pedir al Señor Presidente de la República, que intervenga para iniciar las operaciones de las rutas alimentadoras de esta primera línea, que va desde Villa Mella al Centro de los Héroes.

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Resulta cuesta arriba para un estudiante, obrero o profesional, salir de su casa pagando veinticinco, treinta y hasta cincuenta pesos a un motoconcho, para luego pagar veinte pesos más al abordar en Metro. Con solo poner en funcionamiento las rutas de transfer estaríamos multiplicando el volumen de usuarios y ampliando la masa crítica en favor de la construcción de este y otros proyectos que benefician a la mayoría de los residentes en la provincia Santo Domingo y que posteriormente, unirá las principales provincias del norte del país.

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Ojalá termine el Gobierno por entender que si le dan participación a los empresarios del transporte de pasajeros, de seguro que lograrán detener el tren tan pronto quieran aumentar el pasaje en las rutas o bajar el precio de los carburantes y así convertir en un pandemónium esto que no solo funciona, si no que nos coloca a la altura de grandes ciudades del continente.