Foto: Habeeb.com
Santo Domingo, sobre todo en la zona metropolitana del Distrito Nacional, es una ciudad sin parqueos. No importa que sea una tienda, un café o una oficina de negocios, los parqueos siempre escasean, de ahí que las calles, y hasta algunas avenidas principales, siempre están congestionadas. En una vía de tres carriles, lo común es que solo el del medio esté libre, y no siempre.
Santo Domingo, sobre todo en la zona metropolitana del Distrito Nacional, es una ciudad sin parqueos. No importa que sea una tienda, un café o una oficina de negocios, los parqueos siempre escasean, de ahí que las calles, y hasta algunas avenidas principales, siempre están congestionadas. En una vía de tres carriles, lo común es que solo el del medio esté libre, y no siempre.
En una ciudad tan improvisada como esta, donde en un sector residencial le instalan un bar/lounge sin averiguar las consecuencias, esta escasez de parqueos es un tremendo dolor de cabeza. No conozco las reglas que aplican en estos casos, pero es evidente que las autoridades competentes no exigen a los dueños de negocios disponer de un estacionamiento para operar.
Quizás para evitar que potenciales clientes se vayan por falta de parqueo, muchos establecimientos, sobre todo los ubicados en las mejores zonas de la ciudad, ofrecen servicio de valet parking. A diferencia de otros países donde esta práctica es muy común, valet parking en República Dominicana significa que le parquean su carro en el primer hueco que aparezca, sin importar que haya un vertedero o una construcción al lado.
Si se piensa bien, soltar el carro a un valet parking es un riesgo muy grande, porque no hay garantías de que se lo vayan a cuidar. La pregunta es pertinente: ¿qué pasa si me chocan el carro mientras lo parquean? ¿quién me respondería por los daños? Con la irresponsabilidad que caracteriza a la mayoría de la gente, diría que es el dueño del carro el que tiene todas las de perder.
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