Trujillo y familia. Foto: Flickr (rpellerano)
El 30 de mayo es una fecha que los dominicanos jamás podemos olvidar. El 30 de mayo de 1961 marcó el inicio de una serie de cambios que aún están en proceso. Para alegría de la inmensa mayoría del pueblo, que inicialmente reaccionó con cautela a la noticia, en esa noche un grupo de valientes hombres puso fin a los abusos del tirano Rafael Leónidas Trujillo Molina, que mantuvo a República Dominicana bajo su yugo por más de 30 años.
La Era de Trujillo dejó un legado de excesos, abusos y represión que desembocaron en la laxitud que hoy conocemos. Si hoy no se hacen cumplir las leyes en este país, es una consecuencia de la represión de todos esos años. Bruscamente se pasó de un régimen personalista que no admitía la menor falta, menos aún críticas, so pena de pagar el error con la vida, a una situación indefinida y turbulenta que pasó por varias revoluciones antes de llegar al estadio actual.
Los primeros meses tras el ajusticiamiento de Trujillo fueron de tensión, incertidumbre e indefinición. Balaguer, quien era presidente fantoche a la muerte de Trujillo, asumió sus funciones, evitando, con la colaboración del gobierno estadounidense, que familiares de Trujillo, especialmente Ramfis, se hicieran cargo del país. Posteriormente, las circunstancias lo obligaron a exiliarse para regresar en 1966, año en que asumió nuevamente la presidencia, esta vez por 12 años consecutivos.
Todo lo sucedido desde el ajusticiamiento de Trujillo ha formado la base de la democracia que hoy vivimos. No será perfecta, pero va en constante mejora y definición. Sin la acción de Antonio de la Maza, Luis Amiama Tió, Amado García Guerrero, Antonio Imbert Barrera, Salvador Estrella Sahdalá, Roberto Pastoriza, Manuel (Tunti) Cáceres Michel, Huáscar Tejeda, Pedro Livio Cedeño y Juan Tomás Díaz este proceso no hubiera sido posible.
Uno a uno, con la excepción de Imbert Barrera y Amiama Tió, los autores del ajusticiamiento de Trujillo fueron asesinados y torturados por órdenes de Ramfis, algunos de ellos en los días posteriores al avento, otros meses después, justo antes de salir exiliado del país junto a su familia en noviembre de 1961.
El 30 de mayo es una fecha que los dominicanos jamás podemos olvidar. El 30 de mayo de 1961 marcó el inicio de una serie de cambios que aún están en proceso. Para alegría de la inmensa mayoría del pueblo, que inicialmente reaccionó con cautela a la noticia, en esa noche un grupo de valientes hombres puso fin a los abusos del tirano Rafael Leónidas Trujillo Molina, que mantuvo a República Dominicana bajo su yugo por más de 30 años.
La Era de Trujillo dejó un legado de excesos, abusos y represión que desembocaron en la laxitud que hoy conocemos. Si hoy no se hacen cumplir las leyes en este país, es una consecuencia de la represión de todos esos años. Bruscamente se pasó de un régimen personalista que no admitía la menor falta, menos aún críticas, so pena de pagar el error con la vida, a una situación indefinida y turbulenta que pasó por varias revoluciones antes de llegar al estadio actual.
Los primeros meses tras el ajusticiamiento de Trujillo fueron de tensión, incertidumbre e indefinición. Balaguer, quien era presidente fantoche a la muerte de Trujillo, asumió sus funciones, evitando, con la colaboración del gobierno estadounidense, que familiares de Trujillo, especialmente Ramfis, se hicieran cargo del país. Posteriormente, las circunstancias lo obligaron a exiliarse para regresar en 1966, año en que asumió nuevamente la presidencia, esta vez por 12 años consecutivos.
Todo lo sucedido desde el ajusticiamiento de Trujillo ha formado la base de la democracia que hoy vivimos. No será perfecta, pero va en constante mejora y definición. Sin la acción de Antonio de la Maza, Luis Amiama Tió, Amado García Guerrero, Antonio Imbert Barrera, Salvador Estrella Sahdalá, Roberto Pastoriza, Manuel (Tunti) Cáceres Michel, Huáscar Tejeda, Pedro Livio Cedeño y Juan Tomás Díaz este proceso no hubiera sido posible.
Uno a uno, con la excepción de Imbert Barrera y Amiama Tió, los autores del ajusticiamiento de Trujillo fueron asesinados y torturados por órdenes de Ramfis, algunos de ellos en los días posteriores al avento, otros meses después, justo antes de salir exiliado del país junto a su familia en noviembre de 1961.
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