¡Una Patria que no se conoce..., es un Patria que no se puede defender!
El conocimiento es la base del desarrollo en toda sociedad y los pueblos que no conocen su historia son proclives a cometer los errores del pasado.
Lo que deseo explicar es que nos debemos preocupar más por aprender cuáles son nuestros derechos y deberes ciudadanos, para demandar de los gobiernos una distribución más justa de los recursos destinados por ley a los ayuntamientos, o inversiones directas del gobierno central. Cuando las instituciones de base de la sociedad no ejercen su papel, las autoridades gubernamentales suelen no resolver por dictamen propio aquellas necesidades que subyacen en cada comunidad.
Los Alcarrizos y otros municipios han sido tratados como algo insignificante para agendar acciones en favor de su gente, pese que hacen de la política un credo y asumen la filosofía partidaria como el diario vivir. Pregonando y defendiendo las ejecutorias del gobierno sin importar lo poco que allí haya hecho para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, me recuerda la forma en que se manejó el presidente Balaguer durante más de veinte años para la retención sucesiva del poder.
Poco a poco se van fortaleciendo las juntas de vecinos, asociaciones y federaciones de trabajadores, estudiantes, profesionales y religiosas para avanzar hacia mejores conquistas sociales en cada conglomerado humano en que los partidos se revitalizan.
En los Alcarrizos, Pantoja, Villa Linda-Palmarejo y otros municipios del interior, los líderes políticos del PLD son héroes anónimos a excepción de aquellos que levantan su propio vuelo en busca de nuevos horizontes.
Te invito a conocer más del municipio y de tu gente
El conocimiento es la base del desarrollo en toda sociedad y los pueblos que no conocen su historia son proclives a cometer los errores del pasado.
Lo que deseo explicar es que nos debemos preocupar más por aprender cuáles son nuestros derechos y deberes ciudadanos, para demandar de los gobiernos una distribución más justa de los recursos destinados por ley a los ayuntamientos, o inversiones directas del gobierno central. Cuando las instituciones de base de la sociedad no ejercen su papel, las autoridades gubernamentales suelen no resolver por dictamen propio aquellas necesidades que subyacen en cada comunidad.
Los Alcarrizos y otros municipios han sido tratados como algo insignificante para agendar acciones en favor de su gente, pese que hacen de la política un credo y asumen la filosofía partidaria como el diario vivir. Pregonando y defendiendo las ejecutorias del gobierno sin importar lo poco que allí haya hecho para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, me recuerda la forma en que se manejó el presidente Balaguer durante más de veinte años para la retención sucesiva del poder.
Poco a poco se van fortaleciendo las juntas de vecinos, asociaciones y federaciones de trabajadores, estudiantes, profesionales y religiosas para avanzar hacia mejores conquistas sociales en cada conglomerado humano en que los partidos se revitalizan.
En los Alcarrizos, Pantoja, Villa Linda-Palmarejo y otros municipios del interior, los líderes políticos del PLD son héroes anónimos a excepción de aquellos que levantan su propio vuelo en busca de nuevos horizontes.
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