Foto: periódico Hoy
El cierre de campaña del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), efectuado ayer con actividades simultáneas en cada provincia del país, generó un desorden nunca antes visto en el área metropolitana de Santo Domingo. En vez de hacer el tradicional mítin en el puente de la 17, simpatizantes del PRD se movilizaron por las avenidas Abraham Lincoln, Roberto Pastoriza y aledañas a las zonas de Piantini, Los Ríos y otros sectores.
Ayer hubo tapones de hasta 3 horas, dependiendo de la ruta que se llevara. Una compañera de labores que vive en Los Ríos se echó más de dos horas en un tapón. Otra joven relató cómo dejó su carro en medio del tapón, cruzó la avenida, recogió a su hijo en el Domínico-Americano, y regresó para encontrarse con que el tapón no había cedido ni un centímetro.
En mi caso particular, me tomó prácticamente una hora cruzar el paso a desnivel de la 27 de Febrero, a la altura de la Máximo Gómez. Una vez llegué a la Ortega y Gasset, estaba más suave, pero la felicidad duró poco: la Pastoriza parecía un circo, con vehículos cogiendo carriles en vía contraria y gente cruzando por doquier.
No conformes con armar tapones infernales, los perredeístas, al parecer, escogieron algunas víctimas a las que hicieron la vida imposible, como fue el caso de las oficinas del Diario Libre. Las razones de esta actitud son de lo más absurdas, por cierto. Ya para las 9 de la noche, la muchedumbre se estaba dispersando, quedando a la vista una cantidad impresionante de basura, la cual estaban recogiendo anoche mismo, al menos en la 27 de Febrero con Lincoln.
¿Era necesario hacer ese desorden? Había mucha gente incómoda ayer, sobre todo por los tapones. Por dondequiera que me movía escuchaba comentarios en contra, incluso algunos aludían a que esa es la verdadera naturaleza de ese partido.
El cierre de campaña del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), efectuado ayer con actividades simultáneas en cada provincia del país, generó un desorden nunca antes visto en el área metropolitana de Santo Domingo. En vez de hacer el tradicional mítin en el puente de la 17, simpatizantes del PRD se movilizaron por las avenidas Abraham Lincoln, Roberto Pastoriza y aledañas a las zonas de Piantini, Los Ríos y otros sectores.
Ayer hubo tapones de hasta 3 horas, dependiendo de la ruta que se llevara. Una compañera de labores que vive en Los Ríos se echó más de dos horas en un tapón. Otra joven relató cómo dejó su carro en medio del tapón, cruzó la avenida, recogió a su hijo en el Domínico-Americano, y regresó para encontrarse con que el tapón no había cedido ni un centímetro.
En mi caso particular, me tomó prácticamente una hora cruzar el paso a desnivel de la 27 de Febrero, a la altura de la Máximo Gómez. Una vez llegué a la Ortega y Gasset, estaba más suave, pero la felicidad duró poco: la Pastoriza parecía un circo, con vehículos cogiendo carriles en vía contraria y gente cruzando por doquier.
No conformes con armar tapones infernales, los perredeístas, al parecer, escogieron algunas víctimas a las que hicieron la vida imposible, como fue el caso de las oficinas del Diario Libre. Las razones de esta actitud son de lo más absurdas, por cierto. Ya para las 9 de la noche, la muchedumbre se estaba dispersando, quedando a la vista una cantidad impresionante de basura, la cual estaban recogiendo anoche mismo, al menos en la 27 de Febrero con Lincoln.
¿Era necesario hacer ese desorden? Había mucha gente incómoda ayer, sobre todo por los tapones. Por dondequiera que me movía escuchaba comentarios en contra, incluso algunos aludían a que esa es la verdadera naturaleza de ese partido.
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