Que el peatón no es gente es algo que a nadie debería tomar de sorpresa, pues ese caso se ve a diario en calles y avenidas. Si bien es cierto que a veces el peatón no pone de su parte y comete ciertas imprudencias, entre ellas cruzar sin mirar o hablando por teléfono, hay ocasiones en que los conductores se pasan.
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Por ejemplo, ¿qué necesidad tiene el conductor de un vehículo de impedir el paso a peatones que cruzan del parqueo a la entrada de un establecimiento? Hoy tuve dos incidentes de esa clase, y quizás no ayudó el hecho de que en ambos casos el conductor tenía algún rango militar.
Cruzando del parqueo en el sitio donde trabajo -donde para colmo me habían cogido el espacio- a la orilla del frente para llegar hasta la entrada (esto dentro de propiedad privada, no en la calle), había una hilera de carros, esperando no sé qué. Justo cuando iba cruzando y llegando a la acera, bajo lluvia por demás, el conductor de una yipeta fue cerrandome el paso hasta que me bloqueó el acceso a la acera, lo que provocó que tuviera que meterme al contén y mojar los zapatos. Me pregunto, ¿no era más fácil esperar a que yo cruzara? ¿Cuál era la necesidad de bloquearme el paso cuando a la clara estoy en desventaja en comparación?
Cuando llegué a la acera, pasó otro incidente. La acera cruza por una entrada para vehículos que está controlada por brazo mecánico, al igual que el parqueo. Al llegar a esa entrada, y con la lluvia particularmente fuerte, el conductor de otra yipeta me bloqueó el paso, sin necesidad alguna, solo porque sí.
La única conclusión que se saca de esto es que ciertamente el peatón no es gente, y eso aplica en cualquier sitio.
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