Foto: Noticiero Alternativo
Como suele suceder cada 27 de febrero, el aniversario de la Independencia Nacional fue un acto en cuatro partes: discurso del Presidente, Tedeum en la Catedral, ofrenda floral ante el Altar de la Patria y el tradicional desfile militar en el Malecón. De estas cuatro actividades, la primera es la que habitualmente genera más expectativas, no tanto por lo que tiene que decir el Presidente, sino por los cambios que en días siguientes pudieran darse a lo interno del Gobierno.
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En pocas palabras, el 27 de febrero, lo mismo que el 16 de agosto, día en que se conmemora la Restauración, el interés no yace en lo histórico ni en lo que representa aquello que se celebra. No, desde hace años, quizás décadas, el interés -que a veces se convierte en morbo por la cantidad de chismes y "bolas" que se tiran en el ambiente- viene por algo más mundano, algo que lo ha arropado todo en la RD: la política.
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Sí, la política. Todo está inundado de política. Usted enciende el televisor, y se encuentra con un debate de política. Usted enciende la radio, y es la misma cosa. Se reúne con amistades, el tema gira en torno a la política. Es más, hasta en la presencia de extraños la política se hace presente, a menudo con matices agresivos. Las fechas patrias no son la excepción.
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Tan arraigada está la política en este país que muchos han llegado a creer que es la solución a sus problemas económicos, y por eso hay tanta gente analfabeta e iletrada aspirando a cargos que antaño eran honorables. Hoy día cualquiera es candidato a senador, diputado, regidor o alcalde, sin importar su historial y sin reparar en que ni siquiera sabe hablar.
Es penoso que este sea el pensar de un pueblo, pero más penoso resulta que inclusive en fechas patrias este sea el interés primario. Ni siquiera porque ha sido proclamada "Capital Americana de la Cultura" se vio en Santo Domingo algún intento por difundir con vistosidad la historia de nuestra independencia. Para colmo, colegios que conmemoraron la fecha con obras teatrales y exposiciones evitaban mencionar el hecho de que el 27 de febrero de 1844 lo que hoy se conoce como República Dominicana logró liberarse del yugo haitiano, esto dizque por respeto a la tragedia de ese país. ¿Hasta donde vamos a llegar?
No se pierda esta reflexión publicada por El Nacional en su editorial de 27 de febrero.
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Tan arraigada está la política en este país que muchos han llegado a creer que es la solución a sus problemas económicos, y por eso hay tanta gente analfabeta e iletrada aspirando a cargos que antaño eran honorables. Hoy día cualquiera es candidato a senador, diputado, regidor o alcalde, sin importar su historial y sin reparar en que ni siquiera sabe hablar.
Es penoso que este sea el pensar de un pueblo, pero más penoso resulta que inclusive en fechas patrias este sea el interés primario. Ni siquiera porque ha sido proclamada "Capital Americana de la Cultura" se vio en Santo Domingo algún intento por difundir con vistosidad la historia de nuestra independencia. Para colmo, colegios que conmemoraron la fecha con obras teatrales y exposiciones evitaban mencionar el hecho de que el 27 de febrero de 1844 lo que hoy se conoce como República Dominicana logró liberarse del yugo haitiano, esto dizque por respeto a la tragedia de ese país. ¿Hasta donde vamos a llegar?
No se pierda esta reflexión publicada por El Nacional en su editorial de 27 de febrero.
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