Foto: Daily Mail
A propósito de San Valentín y las contradicciones que a menudo se dan para esa fecha, mencioné brevemente el caso de una muchacha -Janie Brown- que fue botada por su novio de seis meses en la víspera de la celebración, y que en vez de llorar decidió buscarse un sustituto.
A propósito de San Valentín y las contradicciones que a menudo se dan para esa fecha, mencioné brevemente el caso de una muchacha -Janie Brown- que fue botada por su novio de seis meses en la víspera de la celebración, y que en vez de llorar decidió buscarse un sustituto.
Caminando por las calles de Birgmingham, Inglaterra, con un letrero a cuestas con la leyenda "Be my valentine... I've just been dumped" (Busco enamorado... me acaban de botar), de seguro muchos tomaron a Janie, de 20 años, por loca, y hasta la juzgaron por tomar medidas que parecen ser desesperadas... sin embargo, su historia tuvo un final feliz, según reporta el Daily Mail.
Un joven de 21 años, Dave Bergomi, estudiante universitario al igual que Janie, se fijó en la muchacha, dio una vuelta en U, bajó la ventana de su auto y le dio su número. Ayer, martes, tuvieron su cena romántica a la luz de las velas, con todo y que el infame San Valentín ya había pasado. ¿Lo mejor del caso? Ambos quedaron encantados, y si bien Janie reconoce que no es recomendable aceptar invitaciones del primer extraño que se nos cruce por el camino, vio que las intenciones de Dave eran sanas.
Moraleja: que lo boten a uno no es el fin del mundo, aún cuando la sensación no sea para nada agradable.
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