Inexplicable, pero sobre todo inconcebible, es que un país como República Dominicana pretenda vivir del turismo en base a pueblos de calles deterioradas, repletas de basura y llenas de niños pedigüeños -haitianos en su mayoría- que lejos de inspirar solidaridad ahuyentan a los turistas.
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Es también inexplicable que cada vez que se celebran elecciones congresuales haya un período muerto en que los cabildos que están en proceso de salida simplemente paralizan todo bajo el alegato de que ya ese no es su problema. Este período muerto, que se extiende más allá del 16 de agosto, cuando los nuevos ediles asumen sus funciones, no se justifica de ninguna manera.
.Dengue, leptospirosis y malaria conviven ahora con un tipo diferente de gripe que al paracer hace estragos en Santiago, la ciudad donde se ha registrado la mayor cantidad de casos de dengue y de fallecidos por esa causa. A pesar del cuadro tan dramático, han dejado de recoger la basura allá. El síndico saliente, José Enrique Sued, afirma que le han embargado las cuentas, y la causa parace ser política. Por su parte, el síndico electo, Gilberto Serulle, acusa a Sued de malversación de fondos y de dejar una enorme deuda acumulada. ¿Quien paga? El ciudadano, única y exclusivamente.
Y hablando de cosas inexplicables, ¿cuál será la excusa de Roberto Salcedo para no recoger la basura? El reelecto síndico del Distrito Nacional parece que no tiene ojos o que no sale de casa para ver el espectáculo tan deprimente que ofrece la ciudad, con sus calles sucias, jardinería descuidada, hoyos, aceras rotas y demás. Pero definitivamente lo que más irrita es tanta basura acumulada, con todo y que el dengue está acabando.
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