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Cuando se trabaja en una oficina que funciona por jerarquía, que es lo más común, dicho sea de paso, se sufre mucho a causa de un cuello de botella muy específico que suele darse en las instancias más altas. El empleado del medio, aquel que ejerce funciones de supervisor, encargado o gerente medio, a menudo se topa con una situación desagradable: tiene que tomar una acción, pero en realidad la decisión final recae sobre una autoridad mayor.
Hasta aquí, aparentemente no hay ningún problema. Sin embargo, en la práctica se dan situaciones que pueden deberse a un asunto de cultura o de falta de interés por resolver ciertas cosas. A menudo la gente del nivel jerárquico más alto abusa de su condición de jefe, pues en base a ello llegan tarde, se ausentan cuando mejor les parece, duran horas muertas almorzando y casi siempre tienen una reunión super importante que no pueden dejar de atender, aún cuando se sabe que muchas veces es una excusa para no ver al subordinado.
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Suena injusto, pero esta es la realidad laboral en la mayoría de los casos: un soberano cuello de botella que tan solo crece a través del tiempo.
(*) En la imagen: personaje "Bottleneck", de la colección de oficina de Nottatoy. ¿Su lema? "Su emergencia NO es mi prioridad".
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