La cumbre de Copenhague

Quizás sea porque apenas tiene unos días que comenzó o porque el tema realmente no genera tanto interés, pero lo cierto es que la conferencia del cambio climático que realiza la Organización de las Naciones Unidas en Copenhague, la capital de Dinamarca, no ha tenido gran difusión.

Las pocas noticias que han salido del evento apuntan a que el mundo seguirá igual, con países ricos explotando y contaminando su entorno mientras los más pobres pagan las consecuencias. Por mucho que se quiera negar la existencia de un problema de calentamiento global, la evidencia está ahí: icebergs que se desprenden, animales al borde de la extinción, lagos que desaparecen (como pasó en Chile) y un clima bastante errático, con sequías devastadoras y aguaceros mortales.

A nivel local, es innegable que el clima está cambiando, siendo prueba de ello el calorazo que aún se siente en diciembre, un mes en el que siempre se está a la espera de la famosa brisita navideña. Y mientras la gente se queja del calor desesperante, se insiste en la tala indiscriminada de árboles, en la quema de carbón vegetal, en la extracción de materiales de los ríos y otras acciones que atentan contra el medioambiente.

¿Saldrá algo positivo de esta cumbre de Copenhague? Parece que no, pues los países que allí participan aún no logran ponerse de acuerdo ni están por asumir los compromisos de lugar. Sin embargo, hay todavía alguna esperanza: Estados Unidos admitió en el marco del evento que los gases de efecto invernadero son una amenaza para la salud humana. A seguidas, anunció sus planes para reducir esas emisiones hacia 2020 en un 17% respecto a los niveles de 2005.

Donde no se logra consenso es en lograr el apoyo financiero para iniciativas de mitigación y adaptación al cambio climático por parte de países en desarrollo, pues algunos de estos entienden que los países en desarrollo también deben colaborar.

Lamentablemente, la cumbre de Copenhague ha coincidido con un escándalo de manipulación de data sobre el efecto humano sobre el calentamiento global, y eso definitivamente no ayuda a la causa.