Contra todo pronóstico, pues las encuestas la daban como perdedora, Hillary Clinton se impuso ayer en las primarias demócratas de New Hampshire, dejando a su rival Barack Obama en una especie de limbo tras su aplastante victoria en Iowa. Igualmente salió victorioso el republicano John McCain, anulándose así los pronósticos hechos hasta el momento.
Suele ocurrir que los resultados de las primeras elecciones primarias en Estados Unidos definen el resto del proceso, pero ahora las cosas han cambiado radicalmente. Aún hay gente que se pregunta cómo Obama logró la victoria en Iowa, más aún cuando Hillary se perfilaba como ganadora desde el principio.
Una serie de factores, entre ellos un fuerte deseo de cambio y el manejo de ciertos elementos negativos de Clinton -que basó parte de su campaña en críticas a la inexperiencia de su rival- hicieron posible la victoria de Obama en Iowa. Pero ahora las mesas se han volteado, incluso en la parte republicana, donde ayer ganó John McCain.
Los resultados de Iowa fueron bastante peculiares y movieron a reflexión. Barack Obama es negro y de trasfondo musulmán. Mike Huckabee es evangélico. Ambos se salen del molde que por años han seguido los estadounidenses, de ahí que los resultados de Iowa se hayan interpretado como un deseo de cambio por parte de una nación que ha sufrido mucho a manos de las sucesivas administraciones Bush Jr.
Solo el tiempo dirá en que pararán las primarias de Estados Unidos, cuyas elecciones presidenciales tienen consecuencias para el mundo entero.
Yo espero que gane Hillary a ver si una mentalidad femenina le da un giro positivo al rumbo de las cosas.
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