Gazcue, otrora exclusivo sector de Santo Domingo, no solo ha perdido su identidad de ciudad jardín con la sustitución de grandes casonas por una serie de edificios de apartamentos enjutos y de feo diseño, sino que sus calles y aceras denotan una grave falta de mantenimiento.
Basura, aceras rotas, ramos y hojas secas y hasta troncos de considerable tamaño se encuentran en un paseo cotidiano por cualquier calle del sector. En nada ayuda que muchas de estas calles son usadas como parqueo por quienes visitan instituciones públicas y por colegios que se han adueñado de algunos espacios, siendo un buen ejemplo de ello la calle Pedro Henríquez Ureña, antes de llegar a la Galván.
Basura, aceras rotas, ramos y hojas secas y hasta troncos de considerable tamaño se encuentran en un paseo cotidiano por cualquier calle del sector. En nada ayuda que muchas de estas calles son usadas como parqueo por quienes visitan instituciones públicas y por colegios que se han adueñado de algunos espacios, siendo un buen ejemplo de ello la calle Pedro Henríquez Ureña, antes de llegar a la Galván.
En otros espacios se ve mucha basura regada porque no hay tanques contenedores de basura, así que imagine el caos. Para empeorar el panorama, Edeeste aún no termina de hacer sus trabajos de mantenimiento y mejora de redes, con la consecuencia de que hay unos boquetes abiertos en casi todas las calles, rodeados de las piedras que se sacaron durante la excavación. Esto representa un peligro para peatones y conductores.
Quizás sea muy tarde para preservar la identidad arquitectónica de Gazcue, pero por tratarse de un espacio de cierto valor histórico y donde la mayoría de las instituciones públicas tiene su sede, las autoridades deben velar por un mejor mantenimiento del ornato, que ahora es prácticamente inexistente.
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