Foto: blog "Entre Comillas"
Con mucha pena leí ayer en el Hoy, edición impresa, el caso de una señora residente en Gualey cuya cara quedó desfigurada luego que una vecina le echara ácido del diablo por un supuesto pleito de niños en el que participó la hija de la afectada.
De este triste relato salen a relucir muchas cosas, pero una de ellas sobresale por encima de todo: ignorancia, que matizada por una probable falta de educación escolar y casera, se evidencia en todos los niveles. ¿A quien se le ocurre resolver problemas haciendo uso del ácido del diablo, una sustancia sumamente peligrosa? Mejor aún, ¿quién fue el facineroso que tuvo la pésima idea de crear eso y darlo a conocer?
Al igual que los delincuentes que hacen sus fechorías sin pensar en las consecuencias, quien usa ácido del diablo no repara en el daño físico, psicológico y moral que le hará a su víctima. Se recuerda que el infame ácido del diablo es una mezcla casera de gasolina, orina, pólvora, ácido muriático y de batería, todas sustancias abrasivas con el potencial de provocar graves quemaduras.
Por tratarse de componentes que pueden conseguirse con relativa facilidad y sin la necesidad de mover a sospechas por separado, sería difícil que las autoridades prohiban su fabricación. Sin embargo, como forma de desincentivar su uso, se deben explorar castigos contundentes que impliquen prisión, trabajos comunitarios e indemnización de la víctima. Hace falta igualmente que el pueblo se reeduque respecto al manejo de conflictos y convivencia armoniosa.
Con mucha pena leí ayer en el Hoy, edición impresa, el caso de una señora residente en Gualey cuya cara quedó desfigurada luego que una vecina le echara ácido del diablo por un supuesto pleito de niños en el que participó la hija de la afectada.
De este triste relato salen a relucir muchas cosas, pero una de ellas sobresale por encima de todo: ignorancia, que matizada por una probable falta de educación escolar y casera, se evidencia en todos los niveles. ¿A quien se le ocurre resolver problemas haciendo uso del ácido del diablo, una sustancia sumamente peligrosa? Mejor aún, ¿quién fue el facineroso que tuvo la pésima idea de crear eso y darlo a conocer?
Al igual que los delincuentes que hacen sus fechorías sin pensar en las consecuencias, quien usa ácido del diablo no repara en el daño físico, psicológico y moral que le hará a su víctima. Se recuerda que el infame ácido del diablo es una mezcla casera de gasolina, orina, pólvora, ácido muriático y de batería, todas sustancias abrasivas con el potencial de provocar graves quemaduras.
Por tratarse de componentes que pueden conseguirse con relativa facilidad y sin la necesidad de mover a sospechas por separado, sería difícil que las autoridades prohiban su fabricación. Sin embargo, como forma de desincentivar su uso, se deben explorar castigos contundentes que impliquen prisión, trabajos comunitarios e indemnización de la víctima. Hace falta igualmente que el pueblo se reeduque respecto al manejo de conflictos y convivencia armoniosa.
Hola, tu recuerdas la frase: "El mal comío no piensa" ?
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