Por tratarse de una ocurrencia tan común, poca gente pareció prestar atención al accidente ocurrido en jueves en Este cuando el conductor de una guagua que transportaba turistas ignoró un letrero de PARE y chocó con un tren del Central Romana. El desenlace, aunque algo previsible, no deja de ser lamentable: 3 muertos y 23 heridos, entre los que se encuentra el chofer.
Diario Libre |
Si bien es cierto que un accidente puede ocurrir en cualquier parte del mundo, no es menos cierto que con cierta frecuencia hay choques aparatosos en el Este, actualmente la zona turística de mayor importancia y crecimiento en el país. ¿La causa? Sencilla: imprudencia.
Puedo estar equivocada, pero no hay cosa más imprudente que un chofer dominicano de carro público. La imprudencia se duplica cuando anda en una guagua y se triplica si anda en una patana o cualquier otro vehículo pesado. Da grima ver como esas guaguas repletas de pasajeros, sean locales o extranjeros, pasan volando por las carreteras, sin tomar en cuenta la presencia de obstáculos y haciendo caso omiso a las señales de tránsito.
Ninguna persona que sale de su país a vacacionar lo hace pensando en que va a sufrir un lamentable accidente. Para los heridos, algunos de los cuales pasaron a cuidados intensivos, las "vacaciones" serán inolvidables por el trauma causado. Los que murieron simplemente no pueden decir nada, para horror y devastación de sus familias. Lo que más duele es saber que el accidente se pudo evitar, que por una imprudencia hay tres familias en Francia haciendo aprestos de funeral y de traslado de cadáveres. Todo muy triste y desagradable.
Quizás lo peor de todo es que las autoridades correspondientes no parecen reaccionar. A juzgar por la manera en que conduce la mayoría de la gente, pocos accidentes se registran. En las calles, avenidas y carreteras se ve de todo: motoristas sin casco y sin luces, chatarras cayéndose a pedazos, conductores imprudentes que se van en rojo, patanas que retan a cualquier carro deportivo en velocidad y guaguas que se meten a la mala en el carril equivocado.
La lista de infracciones e imprudencias que se ven a diario en la RD es demasiado larga como para enumerarla, y a pesar de que esta situación todo el mundo la conoce, nadie hace nada por remediarla. De nada sirve hacer operativos que duran un día, ya sea para ordenar el tránsito hacia túneles y pasos a desnivel o para echar el guante a motoristas que anden sin casco. Tampoco sirve de nada anunciar medidas que se quedan en el pensamiento.
Se necesita una acción proactiva por parte de las autoridades de tránsito, no agentes que se ponen a dirigir tráfico en puntos donde hay semáforos funcionando ni agentes que se quedan de brazos cruzados ante el desorden que hacen choferes de concho en puntos donde hay letreros de "no estacione" y "no pasajeros". En fin, se requiere de más acciónm, más multas, más sanciones y menos indiferencia.
Y sí, esta clase de incidentes afecta negativamente a la industria local de turismo.
Esto va de mal en peor
ResponderEliminarEs ridículo simplemente, no entiendo por qué no puede hacer cumplir las leyes y ya. Todo sería mucho más fácil.
ResponderEliminarPorque la gente prefiere sentarse y echarle la culpa a los políticos, en vez de empezar a CAMBIAR por sí mismos.
ResponderEliminarExcusame, pero cual es el punto de tu comentario? Esta demostrado que la gente por su cuenta no es capaz de discernir entre lo correcto y lo incorrecto, y adivina que: por eso es que hay leyes y autoridades, porque la gente, si la dejan, acaba con todo. En la RD tenemos el problema al doble: la gente no se endereza y las autoridades no hacen nada al respecto. De nada sirve que yo cumpla con las leyes y ponga de mi parte si el 98 por ciento restante no coopera. Por eso es que insistimos en "echarle la culpa" a los políticos. Espero que estes conforme con la respuesta
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