Una de las pocas cosas inherentes al ser humano es su dignidad. Desafortunadamente, de la misma forma en que mantener la dignidad es una marca indeleble de valor, se trata por igual de un elemento tan frágil y vulnerable que muchas veces lo regalamos así por así, sin siquiera darle mente a lo que significa y lo que estamos haciendo en el momento.
A lo largo de una vida son muchas las situaciones que se enfrentan en donde la dignidad queda en oferta. Sucumbir a la situación generada o superarla manteniendo la dignidad es un asunto que depende de muchas cosas. Entran en juego factores como ambición, baja autoestima, vanidad, amenazas, manipulación, tácticas psicológicas y debilidades propias del ser humano.
Los humanos conforman una raza compleja y complicada. Es increíble la cantidad de comportamientos anormales que se observan en personas aparentemente normles, y es por eso que dicen que todos tenemos algún grado de locura.
A veces me pregunto, ¿qué lleva a una persona a querer ejercer el poder sobre otra a toda costa? ¿Por qué tiene una persona que renunciar a su dignidad para quedar bien en ciertos lugares? ¿Por qué existe y se apaña la adulonería en casi todas partes? ¿Cómo es que los curas y demás incumbentes de la iglesia exigen decencia cuando ellos mismos no son decentes y someten a sus feligreses a actos poco dignos? ¿Cómo es que hay mujeres capaces de perderlo todo y denigrarse por un hombre (y viceversa)?
En la mayoría de los casos, la respuesta es que no hay respeto: respeto hacia sus víctimas, hacia la sociedad y hacia ellos mismos. Quizás parezca una paradoja, pero este asunto del respeto empieza por casa. Psicólogos, sociólogos y demás estudiosos del comportamiento humano lo dicen siempre: quiérete a ti mismo, porque de lo contrario nadie más lo hará. Aplica lo mismo a este asunto de la dignidad.
Hay comportamientos de la gente que son difíciles de entender y que quizás nunca entendamos del todo. Para mi no tiene sentido sucumbir a las órdenes, reclamos y antojos de una persona que no merece nuestro respeto pero que a la vez ocupa un sitial de autoridad. De la misma forma, me parece una bajeza que haya gente en este mundo que se aproveche de otra utilizando trucos psicológicos, torturas mentales y amenazas/chantajes un tanto infantiles, a la vez que de manera efectiva logran alienarlas y hasta ponerlas en contra de sus padres y amigos de toda la vida.
Por desgracia, no todo el mundo está preparado para lidiar inteligentemente en estas situaciones y por eso se ven tantos casos penosos a diario.
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