Inconforme con los resultados de las recién pasadas elecciones congresuales y municipales, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) no solo ha denunciado presuntas irregularidades, sino que ha iniciado un proceso de impugnación en varias provincias del país y se ha dado a la tarea de presentar su versión de los hechos a través de radio, televisión e Internet.
La directiva del PRD alega que hubo compra de cédulas, robo de boletas que favorecían a sus candidatos y otras situaciones que, a su entender, contribuyeron al pobre desempeño de ese partido el pasado 16 de mayo. Resulta interesante que estas denuncias aparecieron después de que la propia directiva del partido echara la culpa del fracaso a su presidente, Miguel Vargas Maldonado, al punto de que no pocos piden su cabeza.
¿A qué se debió el cambio de opinión? Quizás el PRD esté buscando negociar un par de senadurías, como esa de Pedernales, la provincia que desde el principio esté en disputa por lo reñida que fue la votación. O quizás sea una estrategia para desviar la atención de las disputas que se vienen dando a lo interno de esa organización, disputas que aumentaron a raíz de este fracaso electoral.
Con la actual pataleta, el PRD está haciendo lo que mejor sabe hacer: patalear. Varias encuestas daban ganador al PLD en al menos 29 provincias pocos días antes de las elecciones, por tanto los resultados en realidad no sorprenden tanto. Pero el PRD, ya sea porque no quiere admitir derrota o quiere ver que tan lejos llega con el pataleo, insiste en su causa, recurriendo a medidas desesperadas que incluyen anarquía y subversión, todo ello en base a la estrategia divisada por un supuesto político sudamericano.
Si la información de ese plan subverviso es correcta, entonces podemos concluir con que al PRD no le duele este país, y de paso vemos que todos los políticos son iguales, vengan de donde vengan. Quien sea que haya dado la brillante idea de desestabilizar el país para ejercer presión merece ser condenado públicamente, más aún si se trata de un político extranjero, como se dejó entrever.
Todo el mundo tiene derecho al pataleo, pero en este caso, el PRD debiera de revisarse y analizar las posibles causas que le llevaron al fracaso. ¿Campaña floja, mala percepción de la gente o candidatos poco atractivos? Quizás sea una combinación de varios factores. Mientras tanto, nada se gana desestabilizando al país. Es hora de que el PRD aprenda eso.
Comentarios
Publicar un comentario
Este blog no acepta vulgaridades. Modérese antes de comentar.