El presidente Fernández, quien regresó este lunes desde España, siempre que tiene la oportunidad reclama un lugar para Haití en la comunidad internacional. España no fue la excepción, haciéndose alusión específicamente a la comunidad iberoamericana. Como siempre, allí faltaron los OJOS de los representantes de "la comunidad internacional" para ver, y OÍDOS para escuchar todo aquello.
Aquí faltan OJOS y OÍDOS para promover en foros y conferencias que en la RD la fuerza laboral en el sector construcción y en la agricultura es primariamente haitiana. Cabe destacar que muchos de esos haitianos están ilegalmente en el país, y a la mayoría de ellos no les interesa regularizar su situación, porque entran y salen por la frontera cada vez que desean hacerlo.
La ley de oferta y demanda ha generado en nuestros empleadores una distorsión en relación al pago por realización de trabajos ordinarios y el consecuente desplazamiento de la mano de obra nacional, al extremo de verlos obligados a emigrar a las ciudades más desarrolladas. Sin embargo, ya los haitianos están siguiendo los pasos a los dominicanos, llegando a los barrios de toda la ciudad de santo domingo y principales provincias del país, formando los cordones de miseria que devienen en graves problemas para los gobiernos de turno. Esto pasa aún a sabiendas que sus trabajos de construcción no tienen buena terminación .
A juzgar por cosas que se ven en la prensa internacional, pareciera que la comunidad internacional carece de OJOS para ver las miles de parturientas haitianas ilegales e indocumentadas explayadas en los hospitales públicos de todo el país, entremezcladas con nuestras mujeres como si existirse un pacto sanguíneo más allá de un gesto humanitario que en ningún otro país existe. Faltan OJOS pata divisar las extensas llanuras e inmensas alturas para ver los cientos de miles de labriegos haitianos produciendo el sustento para sus familias en suelo dominicano.
Aquí faltan OJOS y OÍDOS para promover en foros y conferencias que en la RD la fuerza laboral en el sector construcción y en la agricultura es primariamente haitiana. Cabe destacar que muchos de esos haitianos están ilegalmente en el país, y a la mayoría de ellos no les interesa regularizar su situación, porque entran y salen por la frontera cada vez que desean hacerlo.
La ley de oferta y demanda ha generado en nuestros empleadores una distorsión en relación al pago por realización de trabajos ordinarios y el consecuente desplazamiento de la mano de obra nacional, al extremo de verlos obligados a emigrar a las ciudades más desarrolladas. Sin embargo, ya los haitianos están siguiendo los pasos a los dominicanos, llegando a los barrios de toda la ciudad de santo domingo y principales provincias del país, formando los cordones de miseria que devienen en graves problemas para los gobiernos de turno. Esto pasa aún a sabiendas que sus trabajos de construcción no tienen buena terminación .
A juzgar por cosas que se ven en la prensa internacional, pareciera que la comunidad internacional carece de OJOS para ver las miles de parturientas haitianas ilegales e indocumentadas explayadas en los hospitales públicos de todo el país, entremezcladas con nuestras mujeres como si existirse un pacto sanguíneo más allá de un gesto humanitario que en ningún otro país existe. Faltan OJOS pata divisar las extensas llanuras e inmensas alturas para ver los cientos de miles de labriegos haitianos produciendo el sustento para sus familias en suelo dominicano.
Cuanta ineptitud en esos pseudo organismos defensores de la libertad y la justicia social para con el pueblo haitiano: nada aportan a la solución de un problema del que en gran medida son los responsables.
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