Pintar la pared de la casa que presenta daños por filtración -sin haber reparado dicha filtración- es un cambio estético que durará a lo sumo un par de meses antes de volver a manifestarse el problema. Lo mismo aplica a remendar aparatos eléctricos que están de cambiar y a una poner una funda a llaves que gotean incensantemente.
En los tres ejemplos presentados más arriba, la "solución" se fue por lo fácil, ignorándose olímpicamente el problema raíz, sin pensarse que en cualquier momento se agrava y simplemente explota.
Así como esta casa imaginaria es el gobierno dominicano, siendo quizás la paradoja más grande que asumieron el poder hace poco más de un año vendiendo el sueño de un cambio imposible.
En políticos no se puede creer, pero la gente, sea por hastío, ignorancia o distracción digital, se creyó el cuento en esta ocasión y votó por un partido que se echó 20 años fuera del poder.
Habrá quien refute esta afirmación de los 20 años señalando que el PRM no lleva tanto tiempo de fundado, pero hay que estar claros en una cosa: PRM y PRD son lo mismo, aun si llevan nombres distintos. Es la misma gente que lleva 20, 30, 40 años en el ruedo político, con discursos que muchas veces son contrarios a sus acciones.
Esto último, específicamente aquello de los discursos que no se corresponden con acciones, aplica a cualquier político, sin importar partido, ideología o nacionalidad. Esta es, simplemente, la forma en que operan los políticos desde que existen.
Ahora bien, hay casos que son extremos, y donde llega el actual gobierno es un extremo tan extremo que hasta difícil se hace explicarlo,
¿Por dónde empezar? Son tantas las cosas, que me limitaré a un solo aspecto: las declaraciones irresponsables de sus funcionarios y allegados, quienes en su afán por defender lo indefendible comenten atrocidades que luego pagan caras a través de refutaciones y desautorizaciones tan deshonrosas como públicas.
¿Cómo puede hablarse de delincuencia disminuida cuando la gente está al grito y las denuncias indundan medios y redes sociales? ¿Cómo es posible que la forma de enfrentar posibles bandas extranjeras sea mediante una expresión de miedo de parte del incumbente? ¿Cómo se sabe que unas niñas desaparecidas "están bien aunque sigan desaparecidas"? ¿En qué universo es una reducción o saneamiento del estado el crear nuvos gabinetes que tan solo amplían su tamaño y alcance?
Estos son solo algunos ejemplos de los últimos días, y aún faltan.
Como parte de este cambio que no es cambio hemos visto cómo se ha premiado a una de las peores responsables de comunicación gubernamental con un cargo de mayor envergadura y que, desde ya, no pocos auguran que le quedará igual de grande o más.
Ningún estado existe para hacer favores y regalar recursos a quien no hace su trabajo correctamente. Ahora mismo la percepción es que nada funciona adecuadamente, y lo más probable es que este sentimiento aumente y empeore con el paso de los días.
¿Cuándo será que aprenderemos la lección aquí? Basta ya de engaños.
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