Kim Jong Un declarando la guerra (Reuters/Daily Mail) |
En resumidas cuentas, la humanidad siempre ha vivido en guerra. No importa la época, no importan las circunstancias, la guerra siempre ha estado ahí: por control de especias, por religión, por supremacía racial, por ideologías (que no es lo mismo que religión) o simplemente porque sí. En cada caso de guerra, sea de los años 800s o de los 1900s, hay un elemento común: lucha por el poder.
En dos mil años de guerras que tan solo han producido pérdidas, rencores y retrasos no se vislumbra un final feliz. Guerra van, guerras vienen, con frágiles intentos de paz por el medio que de cualquier cosita quedan en el olvido.
Tal parece que es más fácil ponerse en ánimo de pelea que buscar una salida amigable a los conflictos. Este comportamiento, tan típico de humanos y animales, lo vemos a diario en los más variados escenarios: el trabajo, el centro de estudios, la casa y la vía pública. Lo vemos también en escenarios más delicados que involucran geopolítica, fuerzas de poder y las vidas de millones de inocentes que potencialmente pueden salir perdiendo en más de un sentido.
Este Viernes Santo, un día que en varias partes del mundo es sagrado, la principal noticia que fue la declaración de guerra de Corea del Norte hacia su vecino y eterno rival Corea del Sur. Por si no fuera suficientemente mala esta noticia, Corea del Norte decidió además incluir a Estados Unidos entre sus posibles blancos de ataque.
Un poco de historia
Para quienes no lo saben, Corea del Norte y Corea del Sur llevan desde 1950 en conflicto. Antaño lo que hoy se conoce como Corea era una especie de monarquía donde varias dinastías se sucedieron, siendo la última de ellas Joseon, que estuvo vigente hasta 1910, cuando Japón anexó a Corea tras haber derrotado a China. Con esta movida, la dinastía Joseon pasó a la historia para dar paso a un imperio coreano.
Corea estuvo bajo dominio japonés hasta 1945, cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial. Durante esos 35 años empezó un lento proceso de división que culminó en lo que hoy conocemos como Corea del Norte, de ideología comunista y en su momento apoyada por la Unión Soviética, y Corea del Norte, de corte democrático, apoyada por Estados Unidos.
En 1950 se desató una guerra entre las dos coreas que culminó con un armisticio en 1953 y que sirvió para mantener una paz relativa hasta este mes de marzo, cuando Kim Jong Un, el dictador norcoreano, decidió anularlo.
Entre las razones por las que Corea del Norte decidió declarar la guerra este Viernes Santo, se mencionan las pruebas militares conjuntas de Corea del Sur y su aliado Estados Unidos. Adicional a ello, organismos internacionales han apretado las sanciones contra Corea del Norte en respuesta a sus pruebas nucleares, mal vistas en casi todo el mundo.
¿En qué parará el caso?
No se sabe lo que va a pasar de ahora en adelante. Hay quienes piensan que Corea del Norte realmente no tiene capacidad de ataque, al menos no a la escala que plantea, y que esta declaración de guerra puede ser un mecanismo de presión para negociar las sanciones y otras cuestiones.
De momento queda una cosa clara: a la humanidad le gusta pelear, lo que demuestra que no es tan inteligente como se precia de ser.
Comentarios
Publicar un comentario
Este blog no acepta vulgaridades. Modérese antes de comentar.