En momentos de emergencia como el que vive el país tras el paso de la tormenta tropical Noel, lo que se necesita es del esfuerzo unificado para salir adelante. Las manifestaciones de solidaridad de bloggers, programas televisivos y particulares que han tomado la iniciativa de recaudar alimentos, ropas y fondos para ayudar a los damnificados valen mucho en las actuales condiciones.
La ayuda también llega de fuera. Se agradece el gesto que han tenido con el pueblo dominicano la embajada de Taiwán, que aportó 25 mil dólares para ayudar a damnificados, Venezuela, que abrió un centro de asistencia humanitaria, y la comunidad de Madrid, que destinó 100 mil euros para paliar la situación post-Noel. Se sabe también que los dominicanos residentes en el extranjero han dicho presente ante la situación, lo mismo que Japón.
Los destrozos de Noel son extensos. Muchos puentes rotos, daños en carreteras, miles de damnificados, gente que perdió todo. No es momento de estar criticando al gobierno o de estar especulando si en efecto hubo negligencia o de estar comparando la situación actual con 1998, cuando el huracán Georges acabó con todo. Este mensaje va dirigido sobre todo a los partidos de la oposición, que nada aportan con sus debates estériles.
Si se quisiera analizar la situación más adelante, cuando se haya normalizado el país, adelante, nadie está impedido de dar sus opiniones, hay derecho a esto y más. Lo que se pide es prudencia. Este no es el momento adecuado. Demos todos una mano para salir adelante.
La ayuda también llega de fuera. Se agradece el gesto que han tenido con el pueblo dominicano la embajada de Taiwán, que aportó 25 mil dólares para ayudar a damnificados, Venezuela, que abrió un centro de asistencia humanitaria, y la comunidad de Madrid, que destinó 100 mil euros para paliar la situación post-Noel. Se sabe también que los dominicanos residentes en el extranjero han dicho presente ante la situación, lo mismo que Japón.
Los destrozos de Noel son extensos. Muchos puentes rotos, daños en carreteras, miles de damnificados, gente que perdió todo. No es momento de estar criticando al gobierno o de estar especulando si en efecto hubo negligencia o de estar comparando la situación actual con 1998, cuando el huracán Georges acabó con todo. Este mensaje va dirigido sobre todo a los partidos de la oposición, que nada aportan con sus debates estériles.
Si se quisiera analizar la situación más adelante, cuando se haya normalizado el país, adelante, nadie está impedido de dar sus opiniones, hay derecho a esto y más. Lo que se pide es prudencia. Este no es el momento adecuado. Demos todos una mano para salir adelante.
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