El comportamiento poco civilizado que caracteriza a una buena parte de la población volvió a quedar de manifiesto otra vez en el Monumento a los Héroes de la Restauración, obra que fue reinaugurada en Santiago el pasado 16 de agosto con motivo de celebrarse en esa fecha el Día de la Restauración.
El monumento, símbolo de Santiago, fue remozado por la Secretaría de Cultura con una inversión de 100 millones de pesos con la finalidad de convertirlo en un espacio cultural y para el esparcimiento. Así vemos como se transformaron los jardines, que ahora tienen plazoletas alusivas a las tradiciones de Santiago, y como hay importantes elementos de museografía en su interior.
Lo lamentable es que después de haberse ejecutado tan interesante iniciativa, gente sin el mínimo de educación venga a arruinar una obra que es para disfrute de todos. Con menos de tres semanas de inaugurado, ya faltan algunas letras de las placas que identifican las estatuas y el sable del campesino pasó a mejor vida.
Un reportaje del periódico El Nacional, debidamente ilustrado para no dejar dudas, reseña estos acontecimientos, a la vez que señala la falta de vigilancia en torno al monumento, sobre todo en las noches.
Como ciudadanos tenemos el deber de cuidar nuestro entorno. Jamás debe olvidarse que estas obras se hacen con el dinero del pueblo. Cada vez que dañamos algo por pura diversión o ignorancia damos un paso hacia atrás, y así no hay quien progrese. Falta educación, pero esto no es culpa de las autoriades: la educación comienza en casa.
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