Imagen tomada de Clave Digital
A pesar de que República Dominicana nunca estuvo en la trayectoria del huracán Dean, el mismo si estuvo posicionado en un punto bastante cercano a la isla, siendo la costa suroeste el área más vulnerable a los daños que pudiera causar a su paso.
Por tratarse de un sistema masivo de categoría 4, y en vista de las coordenadas en que se encontraba, Meteorología dispuso a tiempo aviso de tormenta tropical desde Cabo Engaño hasta Barahona y aviso de huracán desde el oeste de Barahona hasta la frontera. Por su parte, la Comisión de Emergencias (COE) dispuso el sábado el cierre de playas, balnearios y vías de acceso que daban al mar, como la avenida España y parte de la autopista Las Américas. También estuvo cerrado al público el Malecón.
Dicen que guerra avisada no mata soldado, y en la mayoría de los casos esto es muy cierto. A pesar de que se tomaron las precauciones de lugar y se informaron oportunamente a la población, hubo una tragedia el sábado como consecuencia del paso de Dean.
Por desgracia, un grupo de personas desoyó el llamado de las autoridades y decidió acercarse a la costa, quizás impresionados por el fuerte oleaje del mar. De ellos, un joven de 16 años pagó las consecuencias: fue arrastrado por una ola y murió ahogado. Esto sucedió a la altura del kilómetro 15 de la autopista Las Américas.
Es una verdadera lástima que la gente no se lleve de consejos. Esta tragedia se asemeja un poco a la de Jimaní, donde la gente se rehusó a dejar sus casas, y ya se sabe lo que pasó. En ambos casos se trata de negligencia de las propias víctimas.
Pero lo más absurdo de todo es que se pretenda acusar a las autoridades de no actuar con rapidez, de no haber dispuesto de un helicóptero para rescatar al joven que fue arrastrado al mar. En casos como este es poco lo que se puede hacer, y el tiempo es de vital importancia. Con un poco de prudencia se hubiese evitado esto.
Por tratarse de un sistema masivo de categoría 4, y en vista de las coordenadas en que se encontraba, Meteorología dispuso a tiempo aviso de tormenta tropical desde Cabo Engaño hasta Barahona y aviso de huracán desde el oeste de Barahona hasta la frontera. Por su parte, la Comisión de Emergencias (COE) dispuso el sábado el cierre de playas, balnearios y vías de acceso que daban al mar, como la avenida España y parte de la autopista Las Américas. También estuvo cerrado al público el Malecón.
Dicen que guerra avisada no mata soldado, y en la mayoría de los casos esto es muy cierto. A pesar de que se tomaron las precauciones de lugar y se informaron oportunamente a la población, hubo una tragedia el sábado como consecuencia del paso de Dean.
Por desgracia, un grupo de personas desoyó el llamado de las autoridades y decidió acercarse a la costa, quizás impresionados por el fuerte oleaje del mar. De ellos, un joven de 16 años pagó las consecuencias: fue arrastrado por una ola y murió ahogado. Esto sucedió a la altura del kilómetro 15 de la autopista Las Américas.
Es una verdadera lástima que la gente no se lleve de consejos. Esta tragedia se asemeja un poco a la de Jimaní, donde la gente se rehusó a dejar sus casas, y ya se sabe lo que pasó. En ambos casos se trata de negligencia de las propias víctimas.
Pero lo más absurdo de todo es que se pretenda acusar a las autoridades de no actuar con rapidez, de no haber dispuesto de un helicóptero para rescatar al joven que fue arrastrado al mar. En casos como este es poco lo que se puede hacer, y el tiempo es de vital importancia. Con un poco de prudencia se hubiese evitado esto.
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