Los choferes del transporte público, en especial los que manejan guaguas "voladoras" y carros de concho, son una amenaza a la integridad física de los miles de dominicanos que transitamos a diario por las calles de la ciudad.
Estas personas no presentan el mínimo respeto a las señales de tránsito, se creen con derecho a robarse espacios, violan toda clase de leyes y, lo que es peor, poco o nada les importa provocar un accidente. Para añadir insulto a la herida, los carros de concho y guaguas voladoras presentan por lo general un aspecto deplorable. Hay vehículos que parecen a un tris de desintegrarse al más leve choquecito, otros carecen de vidrios en la parte trasera. Hay también carros "último modelo" con puertas que no ajustan y con complejo de lámpara jumiadora.
Visto el panorama, no es de extrañar que el tránsito en Santo Domingo y otros puntos del país sea una cosa caótica. Es un escenario de imprudencias y chatarras que afean el entorno y ponen en peligro la vida de sus usuarios y del resto de los conductores y peatones.
Lo más doloroso del caso es la aparente impunidad con que operan estos gremios choferiles, que por estar haciendo competencias de velocidad y otras vagabunderías causan accidentes que a veces tienen consecuencias fatales, como el caso de la bioanalista que murió ayer en esas circunstancias.
En definitiva, estos choferes de "voladoras" y carros de concho son unos animales. Así como AMET ha iniciado un importante operativo para retirar chatarras y regularizar el tránsito de vehículos sin placas, es hora de que también ponga las reglas claras en cuando al cumplimiento de las leyes de tránsito.
Comentarios
Publicar un comentario
Este blog no acepta vulgaridades. Modérese antes de comentar.