Ayer fui partícipe de la falta de educación y cultura que nos caracteriza como pueblo. Durante un foro sobre ciudades digitales organizado por Indotel en el auditorio Manuel del Cabral, en la biblioteca Pedro Mir de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), y que contó con la participación de una delegación del País Vasco, los distinguidos asistentes no tuvieron la prudencia de apagar sus celulares o al menos ponerlos en vibración o en modo silencioso.
Como consecuencia de esto, la breve pero intensa exposición que hizo el lehendakari o presidente del País Vasco, Juan José Ibarretxe, se vio empañada por el constante sonar de distintos timbres de celulares que iban de lo sutil a lo estrafalario. Peor aún, la mayoría de las personas contestaron sus llamadas sin pararse de sus asientos, sin tomar en cuenta la falta de respeto que ello representaba para el expositor y demás miembros del auditorio. El colmo fue un señor cuyo teléfono estaba en altavoz, de manera que toda su conversación se escuchaba.
Al finalizar la exposición del Lehendakari, se hizo la petición de apagar los teléfonos y salir del auditorio en caso de ser algo ineludible, pero ni así paró el desfile de timbres disonantes.
Da vergüenza que después de tantos años de uso de celulares sus dueños desconozcan que estos pueden ponerse en vibrador o en silencio. O mejor aún, que deben apagarse en ciertas ocasiones. Nada más desagradable que estar atendiendo a un concierto, discurso o misa y que la solemnidad se vea interrumpida por un timbre chillón y persistente.
Da pena que siendo adultos, con reglas de comportammiento no hagamos caso de respetar a los demás. Y mucho mayor es la pena si es a un distinguido invitado.
ResponderEliminarSí, así como también es una pena que en la UASD se vean en la obligación de colocar letreros en cada baño exhortando a cuidar las instalaciones.
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