Si su pareja lo botó, ¿qué culpa tiene el resto de la humanidad? Si perdió su trabajo, ¿tienen sus amigos o su familia la culpa de lo ocurrido? Si un azaroso se le atravesó en la vía y le arruinó el carro, ¿deben pagar por ello perfectos extraños que nada tienen que ver?
En las tres situaciones mencionadas más arriba es fácil perder la cordura y actuar de manera irracional: la gente grita, tira cosas, llora, brinca, reclama y, en general, actúa de manera violenta y agresiva. Hasta cierto punto, estas reacciones se entienden, pero de la misma forma pueden llegar a salirse de control y eso es lo que hay que evitar.
Uno de los heridos hoy tras incidente en Metro Santo Domingo (Diario Libre) |
En Estados Unidos se ha puesto de moda que la gente haga tiroteos masivos en escuelas, universidades, cines y centros comerciales solo porque tuvo una ruptura amorosa, porque no le hicieron caso o porque era un marginado. ¿Para qué es eso? El victimario usualmente alega que era un desahogo, pero es uno que sale muy caro y que pone en riesgo a gente que NADA tiene que ver con la situación que originó la reacción.
¿Qué se logra matando inocentes, gente cuyo único delito fue estar en el lugar equivocado y a la hora equivocada? ABSOLUTAMENTE NADA. Sin embargo, es un fenómeno más común de la cuenta, gracias a terroristas y gente que para nada piensa en las consecuencias de sus actos.
Estado en que quedó el vagón del Metro tras explosión (@MisaelRincon) |
La gente últimamente está demasiado sensible. Le dicen un par de verdades y lo toman mal, aún cuando vayan en su favor eventualmente. Creen que el senstirse mal les da derecho a maltratar a otros. Juran que un mal día justifica entrarle a tiros a la gente o prenderse fuego en un vagón lleno de gente. Estas son personas que, en caso de sobrevivir, deberían estar presas de por vida, donde no representen un peligro para nadie más.
¿Cómo ha llegado la humanidad hasta este punto? Una combinación de varios factores: psicología clínica que aboga por el trato suave (antes a los muchachos le daban su pela cuando se excedían, ahora es todo con palabras bonitas y cero acción), cuestiones "políticamente correctas", el morbo natural de la gente (a la mayoría le gusta conocer cada detalle sangriento y personal de cada masacre), la lógica terrorista y el efecto cine.
Como vivimos en un mundo efectivamente globalizado, cada vez que ocurre un incidente de esta clase todos nos enteramos, con el riesgo de que algún desquiciado por ahí decida imitar lo que vio. Por eso los tiroteos en escuelas ya no son algo exclusivo de Estados Unidos, de la misma forma que en República Dominicana nos estrenamos hoy con un loco que decidió prenderse fuego dentro de uno de los vagones del Metro de Santo Domingo en la estación Mauricio Báez. Se reporta que hay heridos y que momentáneamente fueron suspendidos los servicios, lo que significa inconveniencia para quienes usan esa forma de transporte.
El gracioso que decidió prenderse fuego hoy, si es que queda con vida, debería ser castigado de manera ejemplar por haber puesto en riesgo de la vida de otras personas, presuntos daños a propiedad pública y haber provocado la paralización de un servicio con consecuencias más allá de tardanza e inconvenientes para sus usuarios. La gente que hace estos numeritos nunca tiene idea de las consecuencias de sus actos.
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