La cara lo dice todo

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Este de la foto es Francesco Schettino, el cobarde capitán del Costa Concordia, que, de acuerdo a relatos de pasajeros y la tripulación, fue el primero en abandonar el crucero tras haber chocado con rocas en la costa de la isla de Giglio.

De Schettino se ha dicho de todo: que estaba cenando con una rubia, que quiso hacerle un favor al Maître del restaurante, que pretendió minimizar la situación en que se encontraban cuando se comunicó con los guardacostas, que nunca dio la orden de evacuación y que simplemente abandonó, dejando a más de 4 mil personas desamparadas y sin ninguna guía de acción concreta. No conforme a eso mintió sobre su paradedo, dando a entender que estaba dentro del barco, información que tuvo que precisar al rato y que propició que le dieran la orden de regresar de inmediato, la cual no acató.

Hay teorías que apuntan a los rasgos de una persona para inferir su personalidad y comportamiento. Es así como en el día a día vemos caras distintas y las clasificamos, muchas veces sin haber visto esas teorías, según la impresión que nos causen: serio, infantil, buena gente, malón, haragán, hiperactivo, honrado, arrogante, humilde, inteligente, bruto, idiota y un largo etcétera.

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La primera impresión que me llevé al ver la foto de Schettino es que se trata de un sinvergüenza, y las informaciones que han ido saliendo respecto a su forma de actuar parecen confirmar esa impresión. El tipo lo que parece es un playboy, y se trata de una impresión que va en consonancia con declaraciones de uno que había sido su superior, Mario Palombo, quien dijo que Schettino guiaba el Costa Concordia como si fuese un ferrari y que le gustaba allantar.

Tanto allante y afán de impresionar terminaron por arruinar irremediablemente las vidas de al menos 7 personas, sin contar los que siguen desaparecidos, y dio al traste con las vacaciones de alrededor de 4 mil que al menos pudieron salvar sus vidas. Tanta irresponsabilidad provocó por demás cuantiosas pérdidas millonarias, generó atención mundial sobre una empresa, cuyas acciones han bajado, ha afectado a toda una industria y encima de eso puede desatar una situación ecológica. Increíble.