Hay gente que se pasa la vida entera en un círculo vicioso, enfrentando los mismos problemas y situaciones una y otra vez. Tienen el mismo tipo de pelea con la misma gente, no progresan y tienden a ser inestables a nivel de trabajo y pareja.
imagen: coldrobot.wordpress.com |
Conozco gente que está atrapada en un círculo de esos, y hay un caso particular que no deja de asombrarme. Es una persona que conozco desde hace tiempo y que por algún tiempo traté de manera directa. Me tomó poco tiempo darme cuenta qué tan inestable era esa persona, y se trata de algo que he podido comprobar en más de una ocasión.
El ser humano es un ente complejo. Es difícil determinar la motivación detrás de ciertas acciones, y esto se dificulta aún más porque hay una serie de comportamientos aprendidos que por momentos dominan el escenario, ocultando muchas vecez la verdadera naturaleza o las verdaderas intenciones. También se da el caso de que cosas como el orgullo, la vanidad y la soberbia nublan el razonamiento e impulsan actos irracionales.
La gente que vive en un círculo vicioso como el descrito más arriba a menudo se ve impedida de pensar claramente porque deja que emociones más fuertes dominen. Entonces, ¿cómo entenderse con una persona que tiene cambios repentinos de humor, que al menor incidente está dispuesta a hacerse enemiga del otro y que se hace expectativas poco realistas de su entorno? Si bien queda claro que una persona con esas características probablemente esté a falta de terapia o ayuda psicológica, muchas veces sucede que no quieren comprender/reconocer su situación y buscar la referida ayuda.
¿Qué hacer entonces? Nada. Lamentablemente no hay nada que hacer. A veces uno se cansa de dar chances a gente que no hace el mínimo esfuerzo por cambiar, que hace berrinches e insulta sin razón, que por nada desbarata amistades a las que después va buscando descaradamente. La paciencia tiene un límite y es preferible olvidarse de esos casos perdidos antes de que hagan perder los estribos.
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