Tiembla la tierra, y garantizado que par de gentes entrarán en pánico, mientras que otras mantendrán la calma o otras más reportarán no haber sentido nada. Es normal que la gente sienta un instinto de correr o buscar refugio en caso de un temblor, y es normal también sentir algún desasosiego, porque, después de todo, se trata de un evento lleno de incertidumbre.
Si bien todo eso es normal, hay que saber establecer un límite a las emociones que pudieran surgir tras un evento de estos. Hay gente que es más alarmista de la cuente, y que en esa misma medida tiende a exagerar la nota.
En este mes ha habido al menos 4 temblores que sobrepasan los 4 grados, todos en diferentes puntos del país y con un mínimo de daños. Los expertos dicen que esta liberación de energía es algo normal y que es preferible que suceda así a que venga un gran terremoto capaz de acabar con todo. Estos mismos expertos exhortan a mantener la calma y a tomar las medidas de precaución necesarias, ya sea reforzar las edificaciones, conducir estudios para determinar la vulnerabilidad de las mismas y aplicar técnicas de sobrevivencia que van a depender de lo que se esté haciendo al momento que sucedan los temblores.
Hace aproximadamente 40 minutos recibí un mensaje por Blackberry informando que hubo otro temblor y que algunas empresas tomaron la precaución de evacuar a su personal. Como de costumbre, no sentí nada, y por eso fui a Twitter, donde los comentarios de gente que siente los temblores no se hacen esperar. Para mi sorpresa, no ha habido una sola mención de temblor en el timeline, lo que significa una de dos: o muy poca gente lo sintió, o se trató de una falsa alarma.
He revisado durante los últimos 40 minutos las páginas del U.S. Geological Survey y del Centro de Sismología de Europa-Mediterráneo, y en ninguno hay mención de temblores en República Dominicana dentro de la última hora, y esto me hace sospechar que se ha tratado en efecto de una falsa alarma.
La verdad que con tanto estrés que trae la vida moderna, con trabajos demandantes, tapones en las calles, situaciones internacionales y el propio día a día, considero que no podemos estarnos dejando alarmar de gratis por gente que no parece tener otro oficio. Lamentablemente no hay forma de predecir terremotos, por tanto es inútil preocuparse de antemano. Lo más que puede hacerse es tomar precauciones en estas situaciones.
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