Este es un blog que siempre, sobre todo en sus últimos años, se ha caracterizado por ser un espacio de reflexiones personales y desahogos, casi siempre provocados por situaciones absurdas que ocurren en el día a día.
Muchas de esas situaciones absurdas que dan pie a reflexiones y desahogos derivan de las maravillas que marcan a quienes tenemos la dicha de vivir en República Dominicana, un país que lo tiene todo y que es merecedor de mejor suerte.
Par de años atrás, casi tres, una mayoría de dominicanos votó por un supuesto cambio que, hasta ahora, no ha pasado de ser una mala campaña de marketing, y el resultado es que ahora hay MUCHA gente desesperada ante la sucesión de metidas de pata de un gobierno que, simplemente, no tiene madre.
El cambio prometido se ha convertido en un retroceso de varias décadas, con instituciones previamente funcionales vueltas un tollo de ineficiencia y burocracia.
El cambio es, asimismo, atrevido y osado al presentar proyectos e ideas grandiosas que no pasan de ser un sueño en ciernes.
Este es un país que va de chiste en chiste, donde el dinero se gasta de manera populista, donde la deuda ha alcanzado niveles insospechados, donde los funcionarios admiten no saber lo que están haciendo, donde la improvisación es la norma y donde las cosas son inoperantes en el mejor de los casos.
Este es un gobierno que al tiempo de hablar de estrategia nacional de inteligencia artificial, quizás sin saber lo que es eso, es incapaz de ofrecer un servicio adecuado de salud en la mayoría de los hospitales o de regular que queén ofrece servicios médicos esté debidamente avalado y depurado.
Un gobierno que habla de agencias espaciales mientras la gente aún ni tiene sus problemas básicos resueltos. Un gobierno que ha permitido igualmente que ciertas situaciones apremiantes y delicadas se salgan de control, porque es más fácil hacer el famoso BAM antes que enfrentar la realidad.
Un gobierno que solo le interesa ser populista, y el resto que se vaya a la porra.
¿Por qué nos tocan gobernantes tan malos? La culpa es de quienes votan y se dejan llevarde discursos fabricados y estrategias de marketing diseñadas para enganchar y engañar.
El cambio en la práctica ha sido un retroceso. ¿Hasta cuándo?
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