Cierto es que la República Dominicana ocupa un sitial importante en la región de Centroamérica y el Caribe, donde es una de las economías de mayor importancia y crecimiento. Es igualmente cierto que somos referente a varios niveles, incluyendo, paradójicamente, el tecnológico.
Cierto también que en turismo llevamos años ocupando una posición envidiable, tanto que, si nos descuidamos, fácilmente nos pueden hacer daño para socavar la posición, como en efecto ha ocurrido.
Sí. República Dominicana es importante en su entorno y tiene muchas oportunidades de crecimiento y desarrollo digno, pero, internamente, vive un proceso de deterioro que no se puede ignorar ni negar.
Para poner un ejemplo, Santo Domingo es hoy un infierno. De ciudad primada de América, con una zona colonial reconocida como patrimonio cultural por la UNESCO, ha pasado a ser una ciudad fea, sucia, congestionada y con muchas desigualdades que quedan a la vista por más que se quieran esconder. Una ciudad donde el ornato es inexistente, donde caminar es imposible, donde las áreas verdes son escasas y donde los monumentos y puntos de interés se han descuidado al punto de casi desaparecer.
Lo descrito más arriba no es exclusivo de Santo Domingo. Con muy pocas excepciones, esa desidia y ese desorden se han ido adueñando de cada ciudad y pueblo imaginable. A la gente no le importa que su entorno esté lleno de basura y no le interesa -ni mucho menos le importa- preservar recursos naturales. Tampoco hay interés por conocer la propia historia, siendo esta una de las razones tras la reciente decisión del Ministerio de Educación de obligar al embotellamiento de un himno que históricamente ha sido mochado y que nunca ha sido analizado para fines de comprensión histórica y afianzamiento de su significado y los valores allí evocados y reflejados.
Esto es parte de la involución a la que hace referencia el título de esta entrada. Tiempo atrás las cosas eran muy distintas, y la evidencia está en fotos, videos y relatos que aún se preservan y se comparten en grupos especializados dentro de las redes sociales.
Ver una foto del Santo Domingo de los años 70s, e incluso de antes, permite observar una ciudad organizada, con importantes puntos visuales. Hoy día, esos vestigios están presentes, sumidos en el abandono y la suciedad. La "bolita del mundo" y el teatro Agua y Luz son apenas dos ejemplos. Otras cosas, como el malecón, la zona colonial, Gascue, Ciudad Nueva y los numerosos bustos, monumentos y demás, están en constante deterioro, por más esfuerzos que se haga por "embellecer" o "preservar" esos espacios.
Para más señas, ahí están el Teatro Nacional y los museos que forman parte de la Plaza de la Cultura, un lugar digno de mejor suerte. Reportajes del abandono de esos espacios y la foma burda en que se tienen arrumbadas piezas de incalculable valor histórico abundan. Esta desidia y falta de interés es, sin duda, la mejor muestra de que no nos importa la historia. Paradójicamente, si se trata de la historia de otro país, preferiblemente europeo, ahí sí estamos prestos a viajar y contar las experiencias al ver tal o cual museo o ruina. ¿Complejo de Guacanagaríx? Quizás.
Hemos pasado de ser una sociedad donde las bellas artes se cultivaban a una donde la expresión artística del momento es lo urbano, con su carga de teteo, pámpara y otros términos que van de lo absurdo a lo vulgar y explícito. De Fernando Casado, Rafael Solano, Lope Balaguer y Luchy Vicioso se ha pasado al Alfa, Toxic Crow y otros mal llamados artistas que lo único que hacen es abollar notas, vestirse mal e incitar al sexo y la violencia.
¿No hay quien ponga un pare? Se alega que el fenómeno es mundial y que de nada sirve intentar poner el orden. Entonces, mientras estamos en molineo o cualquiera que sea el término de moda, mientras nos interesamos más en las andanzas de una tal Alexandra MVP que en el estado real de la educación, y mientras descuidamos nuestras posiciones por desidia y charlatanería, pasan cosas de las que después nos lamentaremos.
El turismo era hasta hace poco uno de los principales pilares económicos del país. Eso se fue a pique gracias a la COVID-19, y, antes de eso, había quedado mal parado por una serie de situaciones mal manejadas. ¿Qué estamos esperando para ponernos las pilas y actuar? Este es un país que tendrá que olvidarse de playas para sustento y poner la atención sobre la gente, el recurso más valioso.
De este país se dicen por lo general muchas cosas buenas, pero, últimamente, da la impresión de que la tortilla se ha volteado y se hablan horrores de nosotros. Desafortunadamente, nosotros mismos no nos ayudamos al presentar una cara fea, descuidada y de poca educación en cada oportuidad que tenemos.
Realmente, yo pensaba que era el único que pensaba de esa forma, no de una forma negativa.... diciendo: "los tiempos de antes eran mejores" sino que, me he enfocado tanto que he visto, que la única forma de cambiar al mundo es empezando por mi familia, luego mi vecindario, luego "mi país" después el mundo... por eso he decido cambiar el país.
ResponderEliminarSí. Aunque soy tímido, tengo que hacerlo. Esta es la mejor forma de convertirse en presidente, sabiendo cuáles son los reales problemas, que las demás personas no pueden ver, como la tala de árboles, deterioro de los ríos, y la inmigración destructiva... Sigue escribiendo artículos como estos, realmente soy muy incomprendido en la escuela por pensar de esta forma y en seguir progresando a la par con la república dominicana.. Espero algún día colaborar con ustedes, aunque hoy es el primer día que los encuentro en internet.... la mayor parte de las personas no entienden esto, solo les importa cuantos likes reciben en sus post… si en algún momento no ves que personas leen tus artículos o comentan, sigue adelante... lo más importante es que impactes a una persona que si pueda hacer la renovación.
Que felicidad saber qué hay gente joven con la cabeza bien puesta, dispuesta a luchar por el país y hacer la diferencia. Igual que tú, pensaba que solo yo tenía esta forma de pensar, pero he notado que sí hay un grupo al que le preocupan estas cosas. No escribo con la frecuencia de antes, pero precisamente este blog existe como firma de desahogo y como medio para expresar ideas. Cualquier sugerencia de temas a tratar, a la orden. Muy agradecida de tu comentario y valoración.
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