A la gente no hay quien la entienda. Quieren que le celebren todo, pretenden tener apoyo en los malos momentos y que les tengan considera un por igual. Sin embargo, una buena parte vive pisoteando y usando a sus congéneres sin compasión alguna.
Hacer un favor a veces se convierte en una cadena interminable de favores, al punto de sentirse uno utilizado en el proceso. La gente es tan mal agradecida que aún después de haber recibido un favor son capaces de salir con un de atrás pa'lante.
Foggy Boardwalk, por Inconguent-stock (Deviant Art) |
Todos tenemos derecho a molestarnos, pero hay que tener cautela: así como la risa es contagiosa, el mal humor también lo es. Basta con que alguien le hable mal a otro para tener una reacción en cadena sin fin. Solo se restaura el balance si aparece alguien lo suficientemente sensato como para ignorar el momento.
Dicen que las cosas pasan por algo. Si tus planes de mañana se desbaratan por causas fuera de tu control, acepta la nueva situación y compensa el mal rato pensando en la probabilidad de que algo más grande o desagradable pudo haber sucedido. Ya habrá una nueva oportunidad.
Si algo no te gusta, o sientes que no satisface tus necesidades, QUÉJATE. No hay por qué aguantar trabajos, productos o servicios malos. Quedarte callado cancela tu derecho a reclamo más adelante.
¿Eres sensible? No hagas a los demás lo que no te gustaría te hicieran. Es de muy mal gusto y denota dicotomía e incongruencia en el pensamiento.
Por último, si maltratas a alguien, no esperes simpatía todas las veces ni que esa persona mantenga su lealtad por mucho tiempo. El respeto se gana y la dignidad no se negocia.
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