A pesar de lo común del término, mucha gente, inclusive la que está metida en ese mundo, no tiene la menor idea de lo que significa "relaciones públicas". Hay gente, sobre todo de las generaciones más jóvenes, que jura que se trata de estar presentable, asistir a cócteles y repartir notas de prensa mal hechas para su posterior publicación en serie.
Imagen: audacia.com.mx |
¿Sirve de algo hacer esto? NO. Vivimos en un mundo que de por sí lleva una tendencia de rebaño, con la gente actuando como ovejas. El publicar la misma nota de prensa en 50 medios entre tradicionales y digitales NADA APORTA. ¿Por qué? Porque el lector lo verá a la primera y ya cuando lo vea dos veces más estará hastiado y preguntándose por qué este bombardeo sin sentido.
En esta época de copy-paste y relaciones públicas superficiales ya nadie profundiza. La gente que escribe en las secciones especializadas de periódicos (en sociales, sobre todo) y aquellos que tienen páginas particulares dedicadas a temas específicos (moda, espectáculos, tecnología) ya no profundiza: recibe su nota, mal escrita por lo general, y no se toma la molestia ni de averiguar un poco más ni mucho menos de corregir cualquier imprecisión que aparezca. El resultado de esto es reproducción en serie de un material que poco o nada aporta.
Otro error común de las relaciones públicas modernas es que se enfocan siempre en lo social más que en lo útil. Veamos el ejemplo de las notas de prensa otra vez: sin importar que sea un lanzamiento, una demostración o una conferencia, las fotos que acompañan el texto siempre son de un reguero de gente que, a decir verdad, no aportan sustancia. Es un reflejo del "yoísmo" de estos tiempos, donde vale más brillar a nivel individual que resaltar lo verdaderamente importante de cualquier proyecto. Todo muy vacío y superficial porque así es más fácil y se satisfacen egos.
En relaciones públicas se supone que hay que cultivar relaciones con terceros que de manera directa o indirecta apoyan la causa de lugar. A pesar de que esto es algo que se cae de la mata, la nueva camada de relacionistas públicos falla en esa tarea tan esencial. Contactarlos es casi imposible, y cuando finalmente se logra establecer comunicación la experiencia a menudo deja mucho que desear.
¿Tienes preguntas sobre una nota de prensa? Buena suerte tratando de obtener una respuesta adecuada. Si mandas un correo es posible que nunca te respondan, y si llamas por teléfono corres el riesgo de convertirte en una molestia, lo suficiente como para que te tachen de la lista. Ahora bien, cuando quieren que sus cosas se publiquen, te atosigan sin piedad. ¿Y entonces? Tiene que haber un equilibrio.
Relaciones públicas no se trata de estar a la última moda y de repartir notas en serie. Es algo más profundo que se supone debe cumplir con una serie de metas que son determinadas por el cliente que las solicita. Es manejar imagen, reputación y (valga la redundancia) relaciones de una marca con su público.
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