Constantemente tenemos que reevaluarnos. Tenemos creencias que a veces son falsas, erradas o desactualizadas, y ya se sabe que tipo de consecuencias pueden derivar de aquí.
Solemos ver eventos negativos como algo realmente malo, y no necesariamente es así. A veces las cosas pasan por algo. Puede que sea una llamada de alerta para cambiar ciertos hábitos o para reevaluar las cosas.
A veces estamos envueltos en situaciones tóxicas y no nos damos cuenta. Puede que se trate de un trabajo malo, relaciones poco saludables o algo dañino en la relación con nosotros mismos.
Hay gente que psicológicamente abusa del otro. A veces lo hacen sin saber, otras veces lo hacen con toda la intención. Hay que saber poner un límite. A veces nos rebajamos y nos humillamos tratando de salvaguardar algo, y tan solo logramos pasar alguna vergüenza. Llegados a ese extremo, hay que reevaluarse.
No es obligado que una persona esté con otra, de la misma forma que no es obligado aceptar cada cosa del otro. Respeto mutuo es la base de cualquier amistad o relación cercana. Si una de las dos partes no cumple con eso, no tardan en llegar los problemas.
Es tan simple llevarse bien que la gente lo complica de mil formas. Lo único que se necesita es aceptar al otro como es y respetar esa individualidad. Cada cabeza es un mundo, dicen, y como tal hay miles de formas de pensar y reaccionar. No siempre se entenderá al otro, pero nada se hace alejándose o burlándose.
¿Por qué es tan común la depresión en estos tiempos? Porque ya no hay conexiones reales. Ahora todo se resuelve con un mensaje de texto que muchas veces puede malinterpretarse y esconder mentiras. Dicen que es más fácil expresarse por escrito que verbalmente, y eso para mucha gente será verdad, pero a través de un chat no es lo adecuado.
No hay conexiones reales y por ende la gente no llega a conocerse del todo. Se depende de mensajes vacíos de texto, relegándose los encuentros físicos a un segundo plano. Entre notificaciones y el estrés propio del trabajo y la familia apenas se dedica tiempo a otras personas. Esto resume en gran medida por qué estamos cada vez más solos. Este es otro aspecto que debe reevaluarse.
Esto de reevaluarse no es cuestión de un día. Es algo evolutivo y que a veces será frustrante, pero si queremos ser mejores personas, es un paso necesario. Por último, recordar que las cosas no siempre son lo que parecen.
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