Alegándose comodidad y que es demasiado largo, el Himno Nacional usualmente se corta a menos de la mitad, enseñándose así, imparcial, en escuelas y colegios. El resultado, obviamente, es que la mayoría de los dominicanos no conoce su Himno en su totalidad, limitándose a repetir de memoria las cuatro primeras estrofas, que son quizás las menos significativas.
¿Por qué digo esto? Por una razón muy sencilla: las primeras cuatro estrofas, esas que la mayoría de la gente se sabe de memoria porque le obligaron a embotellarse su contenido en sus días de estudiantes, se limitan a resaltar el orgullo que debemos sentir los dominicanos por nuestra libertad e independencia, de la cual mañana se conmemoran 170 años. La parte más significativa en cuanto al mensaje que encierra el Himno empieza justamente en la quinta estrofa:
Que si dolo y ardid la expusieron
De un intruso señor al desdén,
¡Las Carreras! ¡Beller!... campos fueron
Que cubiertos de gloria se ven.
De un intruso señor al desdén,
¡Las Carreras! ¡Beller!... campos fueron
Que cubiertos de gloria se ven.
De especial importancia son los vocablos "dolo" (engaño, fraude, simulación) y "ardid" (mañoso, astuto), palabras que posiblemente resulten desconocidas a una parte importante de la población dominicana y que hacen un recuento de una vieja historia que viene repitiéndose cíclicamente desde el nacimiento de la República en 1844.
Otra estrofa significativa:
Y si pudo inconsulto caudillo
De esas glorias el brillo empañar,
De la guerra se vió en Capotillo
La bandera de fuego ondear
Esta, la séptima estrofa, es una referencia directa a Pedro Santana y la afrentosa anexión a España que logró en 1861, echando por la borda el esfuerzo de Duarte, Sánchez, Mella y demás trinitarios y partidarios de la Independencia. Cierto es que la Santana era antihaitiano y que la independencia lograda en 1844 fue justamente una separación de Haití, pero este dato no atenúa en lo mínimo la enorme traición que supuso esa anexión a España, la cual salió muy cara a todas las partes involucradas.
Por esa anexión es que celebramos cada 16 de agosto el "Día de la Restauración", una denominación incorrecta porque en esa fecha lo que se conmemora es el inicio de la Guerra de la Restauración, que inició en 1863 y culminó en 1865 con la restauración de la soberanía nacional.
A partir de este punto, las demás estrofas están llenas de referencias históricas y de un llamado a no dejar morir lo que con tanto esfuerzo ha sido logrado. El himno exhorta a mostrar nuestras frentes con orgullo, en el entendido de que Quisqueya podrá ser destruida, pero sierva nunca más. El lema patrio es "ser libre o morir", lo que explica por qué aún resuena el clarín de la guerra, en clara referencia a que el pueblo no permitirá que se juegue con su soberanía.
No es que se cante el Himno Nacional completo en cada oportunidad, pero en las escuelas y colegios debería tomarse la iniciativa de revisitar esta pieza y cambiar el enfoque de su enseñanza. De nada sirve obligar a los estudiantes a aprenderse de memoria unas estrofas que posiblemente carezcan de sentido a quien las recita. Con una explicación adecuada, dentro del contexto histórico y sus circunstancias, cambian la percepción y la disposición hacia algo que no pocos consideran "aburrido".
Otra estrofa significativa:
Y si pudo inconsulto caudillo
De esas glorias el brillo empañar,
De la guerra se vió en Capotillo
La bandera de fuego ondear
Esta, la séptima estrofa, es una referencia directa a Pedro Santana y la afrentosa anexión a España que logró en 1861, echando por la borda el esfuerzo de Duarte, Sánchez, Mella y demás trinitarios y partidarios de la Independencia. Cierto es que la Santana era antihaitiano y que la independencia lograda en 1844 fue justamente una separación de Haití, pero este dato no atenúa en lo mínimo la enorme traición que supuso esa anexión a España, la cual salió muy cara a todas las partes involucradas.
Por esa anexión es que celebramos cada 16 de agosto el "Día de la Restauración", una denominación incorrecta porque en esa fecha lo que se conmemora es el inicio de la Guerra de la Restauración, que inició en 1863 y culminó en 1865 con la restauración de la soberanía nacional.
A partir de este punto, las demás estrofas están llenas de referencias históricas y de un llamado a no dejar morir lo que con tanto esfuerzo ha sido logrado. El himno exhorta a mostrar nuestras frentes con orgullo, en el entendido de que Quisqueya podrá ser destruida, pero sierva nunca más. El lema patrio es "ser libre o morir", lo que explica por qué aún resuena el clarín de la guerra, en clara referencia a que el pueblo no permitirá que se juegue con su soberanía.
No es que se cante el Himno Nacional completo en cada oportunidad, pero en las escuelas y colegios debería tomarse la iniciativa de revisitar esta pieza y cambiar el enfoque de su enseñanza. De nada sirve obligar a los estudiantes a aprenderse de memoria unas estrofas que posiblemente carezcan de sentido a quien las recita. Con una explicación adecuada, dentro del contexto histórico y sus circunstancias, cambian la percepción y la disposición hacia algo que no pocos consideran "aburrido".
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