Solain Pierre denunció ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos que ha sido amenazada de muerte en República Dominicana, y ya me imagino cómo se van moviendo los hilos a raíz de esto.
Esta Corte fue el mismo organismo que ordenó a la RD otorgar actas de nacimiento, ciudadanía y demás a niños nacidos en el país de padres haitianos, algo que a la clara nos pone en deventaja si vemos las estadísticas de haitianas que llegan por estos lados expresamente a parir.
Dejando a un lado lo que haga o no la Corte, resulta interesante que la Pierre se sienta amenazada pero, como siempre, no haya ninguna prueba concreta. Más interesante aún es el hecho de que sintiéndose amenazada permanezca en territorio dominicano. O sea, todo aquel que se siente amenazado trata de mantener un bajo perfil y emigra a otro sitio que no represente peligro, o al menos eso dicta la lógica.
En pocas palabras, si esta señora se siente así, pues que se vaya, porque, a fin de cuentas, no aporta nada al país. Lo único que esta doña ha logrado es intensificar aún más la campaña de descrédito de que ha sido víctima la RD, que, tristemente, parece no tener dolientes que la defiendan en esta vertiente.
Sí, el tema haitiano es espinoso y sensible, pues las cosas tienden a malinterpretarse con facilidad, pero tampoco se puede permitir que estos abusos continúen.
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