Imagen: NlP World Blog |
Para solucionar un problema hay dos caminos básicos que se pueden elegir: el correcto o el incorrecto. Usualmente el camino correcto es el que resulta en una resolución armoniosa de la situación a la mayor brevedad posible. El otro, el incorrecto, puede que termine por resolver el problema, pero no sin antes causar otros problemas y prolongar la situación innecesariamente.
Muchos de los problemas que enfrentamos en el día a día tienen una solución simple, pero, por razones desconocidas, preferimos irnos por el camino difícil. Esto se da en todas partes: a nivel personal, a nivel familiar, a nivel de estudios y a nivel laboral.
Hay gente que parece vivir para complicarse la existencia. Se quejan de que está agobiados de deudas, pero entonces, además de tener una pareja legítima y familia ya formada, tienen una o dos novias por ahí. Se quejan de que no tienen descanso, pero entonces desaprovechan oportunidades y recursos para hacer un uso más eficiente del tiempo en su lugar de trabajo. Se quejan de que el negocio no avanza, pero entonces deciden engañar a su público ofreciendo mercancía de tercera a precios de primera.
Los tres ejemplos de más arriba son genéricos y están enfocados en tres aspectos distintos con los que todos de alguna u otra forma podemos relacionarnos. Hay otros ejemplos que son más sencillos, con los que también podemos identificarnos, y que forman parte de algunos emails que se mandan en cadena. Un ejemplo de algo muy obvio es lo siguiente:
- Si quieres hablar con alguien, llámalo
- Si algo te molesta, quéjate
- Si tienes hambre, come
- Si tienes sueño, duerme
Es tan obvio que se cae de la mata, ¿cierto? Esa misma claridad aplica en todo. Es cierto que hay situaciones mucho más complicadas que otras, pero la solución está ahí y puede que sea más sencilla de la cuenta.
A nivel laboral se da mucho el caso de gente que en vez de resolver una situación por los canales correspondientes apela a las altas instancias. A veces lo hacen por pura ignorancia, por no pensar. Otras veces lo hacen con una segunda intención que para nada es santa. En cualquier caso, la consecuencia de manejar el problema pasando por encima a los canales correspondientes es disgusto innecesario, molestias a personas que se supone están para cosas más importantes, tensión y averiguadera innecesarias.
Si se acaban los lápices en un determinado momento, ¿es necesario ir donde el presidente de la compañía? No. Se supone que para eso hay un departamento de suministro y que hay canales para llegar hasta allí que implican un supervisor o jefe inmediato que sirve de enlace. Si una vez agotados esos canales persiste el problema, entonces ya se justifica llevar el caso ante instancias más altas, pero eso también conlleva una serie de pasos a través de canales establecidos.
Tristemente la mayoría de la gente no parece darse cuenta del daño que se hacen ellos mismos y a otros cuando deciden llegar directamente al punto más alto de la gerencia para tratar cuestiones que se supone pudieron ser manejadas a otro nivel. Queda mucho por aprender en este punto.
una fórmula contemporánea es tuitiarlo jeje
ResponderEliminar