Matías Ramón Mella, de cuyo natalicio se conmemoran hoy 197 años, es un digno ejemplo de desprendimiento y valor que debe ser imitado y valorado más allá de las palabras bonitas que suelen acompañar esta clase de acontecimientos.
En los casi tres meses que lleva el 2013 el tema patriótico ha estado muy presente, mucho más que en otras ocasiones, y eso obedece en gran parte al hecho de que este año conmemora el bicentenario de Duarte, el principal de los padres de la patria, el hombre sin cuya visión y conciencia no existiera esto que hacemos llamar República Dominicana.
Sin Duarte, no hay República Dominicana, y lo mismo podemos decir de Mella, quien dio el trabucazo que puso fin a la ocupación haitiana que llevaba ya 22 largos años. Junto a Mella, la valerosa figura de Sánchez izaba la bandera, y así es como llegamos a tener tres padres de la Patria, pues cada uno de ellos fue clave en lograr la Independencia. Mella y Sánchez jugaron un papel presencial, guiados remotamente por Duarte, quien se encontraba exiliado en contra de su voluntad.
Historiadores han propuesto anteriormente dejar un solo padre de la patria, eliminar a los otros dos, alegando que somos un caso único. Algunas cosas es mejor dejarlas como están, y en vez de dedicar energía a eso es más provechoso dedicarla a proyectar las figuras de Duarte, Sánchez y Mella en su justa dimensión.
Actualmente podríamos decir que lo patriótico está de moda, que hablar de Duarte es estar a tono con los tiempos, lo mismo que resaltar conceptos de independencia y hablar de los roles de Mella y Sánchez. Aunque se ha logrado en efecto hablar sobre esto, de momento persiste la realidad de que se trata de algo superficial, algo precisamente empujado en base a marketing y la constante presencia del tema en periódicos y televisión a través de anuncios y uno que otro programa especial.
A los dominicanos nos hace falta abrazar esas figuras, entenderlas, valorarlas y seguir el ejemplo que dieron. Estas personas sacrificaron muchas cosas con tal de lograr la independencia, una cualidad altamente valorada por quienes carecen de ella.
Hace 169 años un grupo mixto de personas, en su mayoría hombres, hicieron el trabajo sucio por nosotros. ¿Y cómo les pagamos? Muy mal: ignorando su legado, olvidándonos del pasado y en general maltratando la Patria de muchas maneras distintas. De seguro nadie quisiera volver a los tiempos de la dominación haitiana ni mucho menos quisiera caer bajo el dominio de otras naciones más poderosas y/o abusadoras. Sin embargo, a no ser que cambien algunas cosas, ese es un rumbo posible, sobre todo cuando se tiene tan poco valor y firmeza en instancias delicadas.
Con motivo del día de Mella, nada de palabras bonitas. Acción es lo que se necesita.
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