Todos pensaban que iba a ser Julian Assange, el fundador de Wikileaks. Sin embargo, al final de la jornada la revista Time eligió a un joven que es casi tan mencionado como Assange y que en cierto modo guarda un parecido, al menos en filosofía: Mark Zuckerberg, fundador de Facebook.
Al tiempo que muchos se preguntan qué influyó en la decisión de Time, pues Assange contaba con la mayoría de los votos, hay que entender que ciertamente Zuckerberg, a través de Facebook, ha revolucionado la manera en que la gente se relaciona, y de paso ha puesto en aprietos algo que se llama privacidad.
Ninguna red social ha crecido tanto como Facebook ni ha mantenido su nivel de presencia o interés. Lo que empezó como una red para universitarios en febrero de 2004 se ha convertido en un fenómeno global de más de 500 millones de usuarios regados por todo el mundo que utilizan la red para compartir fotos, videos y pensamientos, a la vez que exponen detalles íntimos de sus vidas, muchas veces de manera inocente.
Bajo el lema de conectar gente, el éxito de Facebook radica precisamente en las facilidades que ofrece para compartir esos recursos con familiares y amigos. Una cantidad impresionante de juegos complementan la oferta de Facebook, que además permite a empresas y organizaciones tener su propia página dentro de la red social para así aprovechar el enorme flujo de visitas que recibe a diario.
Lamentablemente con Facebook no todo es color de rosa. La red social ha sido usada como herramienta por pedófilos para conseguir víctimas. En Estados Unidos y Europa los casos de hostigamiento por esta vía se han multiplicado, y algunos han terminado en tragedia. Fiestas caseras han sido interrumpidas luego de que una invitación por Facebook se saliera de las manos.
Asimismo, Facebook ha sido fuente de vergüenzas para muchos. Hay gente que ha sido despedida de su trabajo por esta vía, mientras que otros son rechazados por potenciales empleadores que revisan Facebook como parte del proceso de selección. Y, claro está, abunda la gente estúpida que comete fechorías y las anuncia alegremente por esta vía, como es el caso de un joven que en septiembre robó un banco en Estados Unidos y que fue atrapado luego de que publicara su hazaña en Facebook.
Con Facebook la controversia nunca acaba. Ahora se ha anunciado que la red social usará software de reconocimiento facial para facilitar aún más la colocación de etiquetas a fotos, y esto ha aumentado los temores en torno a la falta de privacidad que ello implica. Dicho sea de paso, Zuckerberg no cree en la privacidad, de la misma forma en que Assange no cree en documentos secretos.
La diferencia entre estos personajes es lo que implican sus acciones. Por un lado, Assange es visto como un héroe por desenmascarar lo que hay detrás de potencias como Estados Unidos. Por el otro, Zuckerberg es vilipendiado por desestimar el derecho a privacidad de la gente.
Al final del día es la misma gente la que decide que poner o no en sus perfiles, y lo mismo ocurre con los gobiernos, sean de potencias o de países emergentes: hacer las cosas bien o mal es una decisión enteramente estatal. Que venga alguien y descubra la verdad es un riesgo al que se exponen en caso de que elijan el segundo camino.
La diferencia entre estos personajes es lo que implican sus acciones. Por un lado, Assange es visto como un héroe por desenmascarar lo que hay detrás de potencias como Estados Unidos. Por el otro, Zuckerberg es vilipendiado por desestimar el derecho a privacidad de la gente.
Al final del día es la misma gente la que decide que poner o no en sus perfiles, y lo mismo ocurre con los gobiernos, sean de potencias o de países emergentes: hacer las cosas bien o mal es una decisión enteramente estatal. Que venga alguien y descubra la verdad es un riesgo al que se exponen en caso de que elijan el segundo camino.
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