La distribución del tránsito en las principales vías del Distrito Nacional trae una serie de situaciones conexas a las que el ciudadano común no estaba acostumbrado. Tal es el caso de las isletas en intersecciones de calles, avenidas, pasos a desnivel y túneles. Para peatones y choferes del transporte público estas divisiones resultan odiosas, obstáculos que están ahí para cumplir con los requisitos de la Ley de Transito o la Dirección de Embellecimiento y Ornato del Ayuntamiento del Distrito Nacional.
El problema de conductas como esta de romper las barandas en los lugares que a los choferes les interesa, para así facilitar la recogida de pasajeros y el cruce de peatones, sin importar el riesgo cuando atraviesan en zonas de alto flujo vehicular, está a la vista. Lo peor es que estas cosas pasan ante la vista permisiva de los agentes de la Autoridad Metropolitana del Transporte AMET, en este caso los que prestan servicio en las inmediaciones de las avenidas John F. Kennedy y Máximo Gómez, frente a la Torre Popular.
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