Tumbaron al presidente hondureño, Manuel Zelaya, y si bien algunos consideran que se lo buscó por tratar de reelegirse a la fuerza, lo cierto es que se trata de un retroceso a nivel de estabilidad política y democracia, no solo para Honduras, sino para América Latina.
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Esta crisis hondureña tiene varios días desarrollándose, y el detonante de la misma tiene relación directa con una reforma constitucional que desea impulsar el gobierno de Zelaya y que presumiblemente le abrirá el camino para reelegirse. Con la finalidad de dotar al proceso de transparencia, Zelaya había propuesto en días pasados llevar el tema a consulta popular el próximo 29 de noviembre, fecha en que se celebran elecciones generales en ese país. Para los fines se instalaría una “cuarta urna” en los centros de votación.
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Esta crisis hondureña tiene varios días desarrollándose, y el detonante de la misma tiene relación directa con una reforma constitucional que desea impulsar el gobierno de Zelaya y que presumiblemente le abrirá el camino para reelegirse. Con la finalidad de dotar al proceso de transparencia, Zelaya había propuesto en días pasados llevar el tema a consulta popular el próximo 29 de noviembre, fecha en que se celebran elecciones generales en ese país. Para los fines se instalaría una “cuarta urna” en los centros de votación.
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Al parecer esta idea no ha sido del agrado ni del congreso, ni del ejército ni del poder judicial, tres fuerzas que buscaron la forma de bloquear el intento de Zelaya por hacer una consulta popular este domingo para que el pueblo decidiera si estaba de acuerdo o no con esta “cuarta urna”. En efecto, el congreso hondureño aprobó una nueva ley que regula los referendos y plebiscitos e invalida jurídicamente la consulta ya que la misma prohíbe hacer esto 180 días antes y después de las elecciones generales.
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En lo personal, me parece rara la reacción que tuvieron esos organismos ante la idea de una consulta popular, más aún porque Zelaya nunca mencionó la palabra “reelección”, según sus propias declaraciones. Cualquiera se pregunta cuál es miedo que hay en todo ello.
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Mientras tanto, ha habido un fuerte rechazo internacional hacia el golpe de estado que recibió Zelaya, que actualmente se encuentra en Costa Rica. Antes de eso hubo muestras de apoyo hacia Zelaya y se había hecho un llamado a la Organización de Estados Americanos (OEA) para que interviniera, cosa que no ha pasado.
.En lo que se decide el caso en Honduras, tan solo se espera que no se prepague por el continente esta moda, que de por sí tiene feos antecedentes y que nada aporta en la mayoría de los casos.
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