Lo siguiente debe ser lo experimentado por cada turista que llega de noche a RD por el aeropuerto de Las Américas: buena impresión al llegar a un recién remodelado aeropuerto, donde el personal ofrece buen trato, donde los baños están en buenas condiciones. El punto de llegada, con sus paredes blancas e imágenes alusivas a la geografía y cultura del país, luce acogedor, limpio, grande.
Próximo paso: migración. El proceso, en la mayoría de los casos, parece ser rápido. Eso nos lleva a recuperar el equipaje, donde -al fin- está prohibido fumar. Fuera quedó ese horrible color amarillo, reemplazado por blanco. Continúa la sensación de limpieza y amplitud. Una vez se tienen las maletas, pasar por aduanas. Otro proceso rápido. Hacia la salida, más imágenes del país. Bien atractivo todo.
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Ya fuera, los servicios de taxi esperan. A diferencia de otras ocasiones, los choferes se muestran amables, y nadie se está matando por pasajeros. Hasta aquí, todo bien. Sin embargo, la buena impresión acaba una vez salimos de los predios del aeropuerto. La penumbra parece impenetrable una vez se toma la autopista Las Américas, donde se pueden contar con las manos las bombillas que hay encendidas.Además de representar un peligro para conductores y pasajeros, cuyo camino se ve guiado únicamente por ojos de gato y otros elementos luminosos propios de la autopista, surge de inmediato la pregunta: ¿por qué la oscuridad? Después de todo, está sellada la autopista de postes, altísimos, por cierto. Las respuestas son variadas: que se robaron los cables, que no hay luz, que están quemadas las bombillas. En cada caso, estamos pasando vergüenza.
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No se puede pretender vivir del turismo en un país que no da importancia a la seguridad de ciudadanos y turistas que usan las infraestructuras viales. La oscuridad de Las Américas mete miedo de solo pensar en que ocurriría si se daña el carro a mitad de camino o si de repente una turba viene a asaltar al vehículo. Fuera de esto, la oscuridad de por sí no es nada atractiva y tan solo enfatiza el hecho de que somos en efecto una nación subdesarrollada.
La verdad, no sé si es peor llegar a RD de día o de noche, pues de cualquier forma es deprimente la vista. Aprovecho esta entrada para dar la razón a Nehemoth, pues ciertamente el túnel de Las Américas estaba iluminado, pero tan sucio como siempre.
El turismo requiere de inversión en seguridad vial y ciudadana, inversión en mantenimiento, belleza y atractivo. Estamos fallando en todos esos frentes.
.En las imágenes: Aeropuerto, autopista y túnel de Las Américas. Domingo en la madrugada.
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