Uno de los fenómenos propios de la Sociedad de la Información es la tendencia a socializarlo todo a través de herramientas que están al alcance de todos, ya sea a través de una computadora de escritorio o del último smartphone en hacer acto de presencia. Las herramientas las conocemos de sobra ya, empezando por Facebook y Twitter y siguiendo por otras de uso más especializado, como Yelp y Pinterest.
No se puede negar esta tendencia a socializarlo todo, y lo interesante es que el fenómeno no da muestras de cansancio ni mucho menos. Al contrario, cada día aparecen formas novedosas de compartir contenido y de crear experiencias a nivel virtual, y eso tan solo revalida la utilidad de esas redes y medios sociales.
Ciertamente se trata de algo interesante, pero las redes sociales, como todo en la vida, tiene su lado oscuro. Desde un principio la gente ha usado estos medios para satisfacer su ego y su vanidad, y por ese motivo es que abunda información personal y sin ninguna importancia pero que definitivamente exalta a un nivel muy personal a quien la colocó ahí.
Ejemplos de esto los vemos a diario por Facebook y Twitter: gente que anuncia al mundo que está estrenando ropa nueva, que fue al salón, que viajará a China, que se compró un carro o que se dio un resort súper caro. Información que para el grueso de la gente es irrelevante, salvo que se trate de ladrones o experetos en engaños, pero que muestra al que la pone como si se estuviese dando la buena vida, y esa es precisamente la idea que tienen.
Habrá quien diga que el dueño de la cuenta es libre de publicar lo que quiera, y eso es cierto, pero entonces se olvida la gente del peligro que supone publicarlo todo en esas redes sociales. El hecho de que ha habido robos, asaltos y hasta asesinatos ligados a la actividad por Facebook, Twitter y demás no parece frenar la actitud exhibicionista que de manera innata le brota a la mayoría de la gente.
Si es malo dar un detalle constante y casi completo de la vida privada, con sus altas y bajas, pues hay gente que absolutamente todo lo anuncia, peor es cuando se trata de cuentas de uso mixto. Hay gente que maneja proyectos profesionales y que decide usar una sola cuenta unificada para todo. Cometen el error entonces de usarla para fines profesionales y personales a la vez. A veces esta combinación puede ser problemática para el público que les sigue porque tiende a confundir.
Otro comportamiento indebido y muy común es usar lasa redes para diseminar chismes y acabar con reputaciones. La gente no logra entender que esto es incorrecto a más de un nivel, pues además de convertir sus problemas y disputas en algo público, revelan detalles de la personalidad que bien pudieran estar errados en base a una percepción igualmente errada. Lo peor de todo es que después esas mismas personas se quejan cuando perfectos extraños se meten en asuntos que no son de su incumbencia. Una tremenda paradoja.
Comentarios
Publicar un comentario
Este blog no acepta vulgaridades. Modérese antes de comentar.