Paul Mison (Flickr) |
Muy incómodo y pesado el ambiente de estos días, con tantas noticias de corte político arropando cada medio existente, ya sea periódico, radio, televisión o internet. Coger un periódico, lo mismo que ver televisión local, es una pela al buen sentido porque simplemente no hay de donde escoger. De 15 noticias en un periódico al menos 11 son relacionadas a política, y lo mismo ocurre con la televisión: casi todos los programas, sobre todo en las mañanas, o tratan el tema directamente o tienen representantes de partidos políticos a modo de entrevista principal.
Reunirse con gente, chatear por el BB, hablar por teléfono con las amistades e incluso hacer fila con extraños garantiza algún tema político. Twitter, Facebook y demás redes sociales tampoco están extentas del tema, y, de hecho, se ha dado una especie de careo entre simpatizantes de uno y otro partido, como en competencia a ver cual logra más presencia por esa vía.
Entrar a Twitter en estos días da una idea muy acabada de que la política se ha adueñado de ese espacio, al menos hasta que pase la actual contienda electoral. Todos los días figuran entre los trending topics relativos a República Dominicana algún tema relacionado con política, muchos de ellos llevados hasta ahí de manera artificial.
Y mientras recibimos este bombardeo político, con su buena dosis de chismes, falsedades, acusaciones, contraacusaciones, teorías, declaraciones, encuestas y demás, en las calles nos topamos con desfiles, bandereos, manifestaciones y calentamientos que tan solo contribuyen al caos y el tapón.
24 horas de política al día no parecen ser suficientes, y es por eso que el tema nos sale hasta en la sopa. Este es un país eminentemente político, donde todo se politiza y se mira desde el punto de la vista de la política, y eso en parte es lo que no deja progresar.
Tanta política hace daño y estresa, y siendo esa una realidad irrefutable, debiera existir una ley que limite la exposición a un recurso tan dañino como es ese. Después de todo, la gente está harta de que al leer un periódico, poner un canal de TV, sintonizar el radio o abrir su red social favorita se vea bombardeada incesantemente por lo mismo, año tras año.
Lo peor del caso es que los que participan en lo peor de la política ponen al país en ridículo al ponerlo a sonar internacionalmente con sus shows de mal gusto. Es una verdadera falta de respeto lo que hay.
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