Hay gente que por mucho que le expliquen una cosa simplemente no entiende. Se bloquea, no entra en razón, y, si puede, manda a los otros a freir tusas a la vez que decide proceder como manda su cerebro. Al rato, fracasan, y lejos de admitir derrota, asumen una actitud arrogante, con aire de superioridad y sapiencia.
Imagen: Self Empowerment Secrets |
Esto describe perfectamente un encuentro con una persona terca, específicamente al momento de tomar decisiones cuando el tiempo apremia. No hablo aquí de emergencias médicas ni asuntos catastróficos, sino de cosas más mundanas, como cuando estamos en una oficina y se nos encarga una tarea para la cual el tiempo es realmente escaso.
No deja de asombrarme cómo hay gente que aún sabiendo la necesidad de actuar con precisión y rapidez insiste en hacer las cosas a su manera a pesar de que se les señalan posibles errores en su forma de proceder. El terco, en vez de escuchar a las partes, se tranca y asume que los demás lo que quieren es atacarlo o disminuir su nivel de importancia dentro de la organización. El resultado de esto es que una cosa que pudo ejecutarse en el tiempo previsto ahora se demora más de la cuenta, y eso a su vez trae consecuencias negativas a quien espera resultados y a quien tenía la responsabilidad de asegurar esos resultados.
Siempre me ha parecido fascinante el tema de la terquedad, sobre todo en un ambiente como el descrito más arriba, pues se trata de algo tan absurdo que simplemente no debería ocurrir. Me pregunto, ¿qué será lo que impide a la gente terca escuchar al otro y analizar por un momento si lo que se plantea tiene sentido o no? ¿Por qué imponer su criterio por encima del de otros? ¿Por qué no hacer caso a las advertencias que se hacen en caso de seguir con el curso de acción planteado inicialmente?
Hay gente que no está calificada para trabajar con otras personas porque además de ser tercos, son rudos, y eso es bastante desagradable. A veces por culpa de una sola persona terca perdemos la mañana entera tratando de resolver algo que al final no tiene solución. Ese tiempo valioso que se pierde no hay forma de recuperarlo, y nada hacemos reclamando a quien nos hizo perder el tiempo. Vaya dilema...
Personas asi hay en todas partes. Su mediocridad los hace tercos. Sólo quieren hacer lo que les venga en gana, sin importarle que piensen los demás.
ResponderEliminarpor mala suerte... vivimos en un mundo terco
ResponderEliminarTerquedad, mediocridad, idiotez, ignorancia. Ciertamente vivimos rodeados de esas cosas, y es difícil proceder en esas condiciones y lograr algo. Una pena.
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