Rabia. Es lo único que un dominicano conciente puede sentir al enterarse de las osadas declaraciones del candidato haitiano Michel Martelly y su asesor de campaña -nada menos que un profesor haitiano que emigró a Canadá- en el sentido de que la única salvación que tienen los haitianos es que la República Dominicana abra sus fronteras y ceda el paso libremente.
Alegando razones humanitarias, este par de haitianos incluso invoca a la presión de la comunidad internacional para que la RD quede efectivamente sin frontera, una frontera que de por sí es bastante porosa, para utilizar el lenguaje de algunos expertos. Como los haitianos se están muriendo de hambre y en ese país la institucionalidad se perdió hace tiempo, el Martelly ha basado su campaña en una especie de tierra prometida, donde el pasto es más verde y las condiciones menos precarias.
Según el asesor de Martelly, a los dominicanos pronto se nos acabará el orgullo, pues se nos viene encima una verdadera fusión, fusión que desde hace años propugnan países como Estados Unidos, Canadá y Francia. Esta triste realidad es cada día más evidente, pero hay quienes prefieren obviar las señales y seguir su camino de manera irresponsable. Es más, hay dominicanos tan ciegos e ingenuos que ahí se los ve protestando por los supuestos derechos de haitianos que llegan de manera ilegal al país. Son dominicanos que se han dejado cubrir de un velo de "humanismo" y solidaridad, ignorando lo que hay realmente detrás de todo este teatro.
Que bueno es así. Haití tiene su problema que data de décadas y que tan solo empeora con el paso del tiempo, y la solución es venir a acabar con el vecino más próspero. Y me pregunto, cuando hayan arrasado con todo y hayan dado al traste con lo que alguna vez fue la República Dominicana, ¿qué camino tomarán? ¿Invadir a Puerto Rico? ¿Llegar hasta Jamaica en son de guerra? Siendo Barbados una isla tan próspera, quizás intenten atacar allí primero, aunque Puerto Rico o la Florida serían más factibles por la cercanía. Cuba de momento queda descartado, aunque nunca se sabe.
Que triste que los dominicanos tengamos que aguantar declaraciones de tan mal gusto durante el Mes de la Patria, culminado el 27 de febrero con la celebración 167 años de independencia. Y para que no se olvide, fue precisamente del yugo haitiano que nos liberamos en ese entonces. ¿Será que las cosas van en retroceso?
Los dominicanos debemos seguir el ejemplo de los ciudadanos de Santiago que hacen lo que la Dirección de Migración no hace, sacar a los ilegales haitianos que nada aportan a nuestro país, todo lo contrario, afean el entorno, no tienen higiene y son portadores de enfermedades.
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