República Dominicana no es el únco país que se enfrenta a la problemática que suponen los menores para la justicia y la sociedad cuando se dedican a hacer fechorías. Tampoco es el único país que enfrenta un agrio debate respecto a la mejor forma de proceder en estos casos ni se trata de la única sociedad que está harta de oir la misma excusa: son menores de edad y por tanto no pueden responder ante los tribunales como lo haría un adulto.
Estados Unidos, que es donde estos fenómenos suelen darse con más frecuencia, ha puesto el ejemplo en par de ocasiones, y el resultado siempre ha sido motivo de controversia. Cuando un adolescente decide robar y/o matar por gusto, ¿quién es el responsable? ¿Son sus padres, la escuela, las autoridades o la sociedad en conjunto? Y el adolescente, ¿no pinta nada en todo esto?
Se puede argumentar que el adolescente que cae en esta situación vive rodeado de carencias, que poco o nada hacen las autoridades por paliar la situación o quizás se puede alegar que ese adolescente solo sigue el ejemplo que ha visto durante toda su vida. Sin embargo, no siempre es así. Hay casos de jóvenes que lo tienen todo, y aún así se dedican a fechorías. A veces se trata de presión de grupo, otras veces es un acto de rebeldía.
La joven bosnia que fue atrapada en video mientras lanzaba cachorros de perro a un río, ¿lo habrá hecho por gusto, como consecuencia de alguna apuesta tonta o qué? No se saben los motivos, lo que es cierto es que la indignación fue colectiva, a nivel mundial, y muchos fueron los que pidieron que se sancionara a la muchacha, que no llega a 18 años. Hoy la gente ha vuelto a indignarse, pues resulta que por no tener "edad suficiente", la joven ni comparacerá ante los tribunales ni será sancionada.
Mal ejemplo que siembra mal precedente y que de paso refleja la realidad de una sociedad cuyos valores son cada vez más escasos y que ha paulatinamente ha ido perdiendo su capacidad de asombro. Lo que ocurre al día de hoy en República Dominicana es apenas el comienzo.
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