La lucha por detener la tala de arboles ha quedado corta frente a quienes continúan deforestando y haciendo un negocio rentable mas allá de la simple sobrevivencia, sin el menor sentido de culpabilidad del daño causado a la ecología y el medio ambiente.
Estas gráficas fueron tomadas en Las Charcas, Azua, mientras iba a camino al lugar del desembarco del coronel Francis Caamaño y un grupo de guerrilleros por playa Caracoles el día 2 de febrero del 1973, en ocasión del 37 aniversaio de la gesta. Las víctimas son árboles que tardan más de diez años para crecer.
Ahora que esos terrenos pertenecen la la fundación Caamaño, declarado Parque Nacional, esperamos que las autoridades de Medio Ambiente inicien un plan de rescate de la zona, reforestando y controlando las actividades de tala y quema de árboles, construcción de hornos como estos de la foto y la práctica del conuquismo, que es bastante dañina.
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