Cierto es que la televisión local no tiene mucho que ofrecer, pues la mayoría de los programas se concentran en noticias, opinión o comedias de dudoso gusto. Sin embargo, ahora que estamos en elecciones, la cosa está mucho peor, pues la televisión literalmente ha sido secuestrada por dirigentes políticos de todas formas y colores, la mayoría de ellos con dos elementos en común: pobre presencia y que no saben hablar.
Pasar los canales en horas tempranas de la mañana, que es cuando están los programas de noticias y opinión en sus buenas, es casi una tortura porque simplemente no hay de donde escoger. Cuando se han terminado de leer titulares y de hacer el análisis correspondiente, casi todos estos programas tienen una sección con varios invitados, sea por turnos o en grupo, y en los últimos meses la presencia de dirigentes políticos ha sido simplemente exagerada.
Estamos literalmente arropados por dirigentes políticos malos que además de vestirse mal no saben expresarse de una manera que no asuste al público. Entre agoreros, optimistas empedernidos, acusadores, pesimistas, demagogos y gente que simplemente no se define es que se pasan estos programas rotándose a la misma gente, torturando a un pobre público que termina entumecido ante tanta exposición absurda.
Si bien yo veo muy poca televisión local, en parte por falta de tiempo y en parte porque no hay mucho contenido que me resulte atractivo, por las mañana, para estar enterada del acontencer nacional antes de irme al trabajo, sintonizo canales locales. Ultimamente he optado por apagarla porque simplemente no hay de donde escoger: la selección suele ir de mal en peor.
La televisión de este país es sencillamente tóxica, por esa razón no pierdo mi tiempo en ver programas locales
ResponderEliminarBlue Lily
Entre los muñequitos y esa gente... Me quedo con los muñequitos.
ResponderEliminar