Imagen: Schlabig |
¿Qué vale un trabajo? La mayoría de los sitios que ofrecen trabajo le ponen precio a los puestos disponibles en base a sus posibilidades y también tomando en cuenta las fuerzas de la oferta y la demanda. El tema del salario es algo subjetivo porque no es lo mismo trabajar en una empresa grande, sólida, que en una de recién entrada y que apenas ha alcanzado su punto de equilibrio.
La mayoría de la gente prefiere trabajar en grandes corporaciones, donde hay una escala de salarios definida y una serie de beneficios adicionales que en parte vienen establecidos por ley y que se complementan con otras políticas propias de la empresa. Por un asunto de que hay más demanda que oferta de trabajos, la gente, sobre todo si está desesperada, a veces coge lo primero que aparezca, con la intención de seguir buscando algo mejor.
Sin importar la profesión o procedencia social, hay una queja común entre quienes buscan trabajo: la mayoría de los sitios ofrece salarios irrisorios, y eso incluye a las grandes corporaciones, con todo y que atenúan la situación con los beneficios antes mencionados. Sobre todo en el sector privado prevalece esta queja, que para colmo suele venir acompañada de otras quejas relacionadas a que no se cumplen los horarios ni se pagan horas extras, además de que en muchas instancias se pretende que un solo empleado haga el trabajo de tres.
Entonces, ¿cuánto vale un trabajo? En función del empleador, el valor de un trabajo se mide de acuerdo al rango del empleado. Así, por ejemplo, el barrendero es una persona de poco valor en comparación con un vicepresidente ejecutivo. A esta valoración se llega en base a la preparación del individuo y de como su rol contribuye directamente a generar ganancias. Por este motivo el vicepresidente ejecutivo, quizás sin necesitarlo, tiene carro, celular, gasolina y otros lujos a su disposición, asignados por la propia empresa. En contraste, el barrendero no tiene absolutamente nada, apenas el sueldito que gana, que está en lo más bajo de la escala.
Desde el punto de vista del empleado, el valor de un trabajo se mide en base a los sacrificios que hace a nombre del mismo. Hay gente que para llegar a su trabajo hace un recorrido de horas, muchas veces a pie. Hay otros que por la naturaleza de su trabajo dedican más de las 8 horas reglamentarias al mismo, lo que significa que dejan de hacer diligencias y de dedicarle tiempo a sus familias y proyectos. Otros simplemente son muy buenos en lo que hacen, y aún cuando sienten que sus esfuerzos no son correspondidos adecuadamente, siguen dando lo mejor de sí.
Visto así, 20, 30 ni 40 mil pesos son suficientes ni justifican el nivel de sacrificio que implica cualquier trabajo, mal remunerado para colmo. Sin embargo, en este país todavía se considera 30 mil pesos como un "buen" salario, lo que da una idea de que tan desfasado está todo el sistema. Si a eso añadimos empleadores mañosos que no cumplen con lo suyo, la cosa resulta aún más tétrica y desesperanzadora, sobre todo cuando se tiran numeritos y no dan.
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